Lun, 06 Feb 2012, 16:37
Asunto: Re: 9ª Travesera Integral Picos de Europa
esto es lo que un buen amigo mio cuenta d ela travesera.
Yo solo digo que esta no es una carrera es una travesia donde lo importante es pensar que solo nos encontraremos con piedra mucha piedra y mas de 6000 m de positivo en 74 km.....
aqui mas que correr se anda rapido , se tepra y se sufre mucho.
Yo este año estoy casi dispuesto para hacerla ... pero aun me falta el casi.
Os aseguro que la persona que escribio esto es un montañero , escaldor , corredor de asfalto , esquiador de fondo y andarin.....osea que el que quiera preparar la trvesera que se llene de montaña y que entrene en Picos o en la zona de las ubiñas ......
"MI TRAVESERA"
La crónica:
Todo esto, la idea de apuntarme a una carrera de este tipo empezó hace un par de años.
Javí un amigo mío; que además conocí mediante el foro; me animó a ello.
Los dos corremos maratones y tras esa experiencia de probar la resistencia física y mental, dado que somos montañeros quisimos dar el paso a experimentar lo mismo, pero corriendo por montaña.
La idea era apuntarnos a la travesera del 2010 y aunque yo estaba bastante animado, cuando ibamos a formalizar la preinscripción nos enteramos que el año pasado incrementaban el recorrido, creo que saliendo de Covadonga (antes en el del 2009 creo que era desde los lagos) con lo que se incrementaba en unos 10km más y unos 1000 de desnivel a mayores.
Ante ese panorama yo reculé, pero mi amigo si que tiró para adelante.
Mi amigo Javi, que está muy fuerte consiguió acabarla el año pasado en 17h 30 min.
Me contó sus impresiones y me animó a participar sabedor de mis condiciones.
Él en maratón tiene un motor muy fino y me saca bastantes diferencias, pero en esto de la montaña andamos parecidos cuando de subir se trata, corriendo me sigue dejando atrás.
Así que el conociendo ya el percal, insistía en que yo iba terminar sin ninguna duda y me auguraba un buen papel en la prueba.
Con esas premisas y alentado por sus comentarios, decidí que este año tenía que intentarlo.
Nunca me he encontrado en tan buena forma física como ahora. No había nada que perder.
Si probaba y no conseguía acabar porque el físico había llegado a su tope, tendría que aceptar con humildad que mi cuerpo tocó techo y si la razón de la retirada hubiera sido falta de entreno, ya tendría claro cual es la receta para intentarlo otra vez, en caso de quedarme ganas de reintentarlo.
Así que me dije: ¡¡¡A degüello!!!
Realicé la preinscripción y en ese universo paralelo que es el Facebook en el que tengo agregados a muchos amigos de foropicos, hice el anuncio de que me presentaba a la travesera.
Pero que todavía tenía tiempo de recular hasta realizar la inscripción definitiva.
A partir de ese momento los comentarios de apoyo, de ánimo y de absoluta convicción de que lo iba a terminar fueron inmumerables. Algunos cuantos al igual que mi amigo Javi, me auguraban un buen tiempo.
Así que, con toda la gente que me estaba animando, ya la había jodido, ¿cómo me iba a echar para atrás ahora?.
Yo sinceramente alucinaba, pensando: ¡joder que fe tiene la gente en mi!
Parecía que la gente en general ponía más entusiasmo que yo mismo incluso en el tema.
Siendo sinceros, yo estaba convencido de acabarla, siempre basandome en los comentarios basados en la experiencia de mi amigo. Además para que os voy a engañar, también pasaban por mi cabeza las mejores previsiones de acabar en un horario similar al de Javi. Pero nunca me planteé salir a cumplir un horario. Mi objetivo era acabarla, si además me salía un buen tiempo, miel sobre hojuelas, pero no era la idea que me obsesionaba.
Antes de formalizar la inscripción definitiva y como test de tanteo a ver que tal se me daba esto de correr por montaña, participé en la prueba del Asturcón , donde me encontré y saludé a Quintana que está en la organización y es el que preparó el recorrido de esa prueba. También saludé a Hevia del foro que estaba en un avituallamiento.
El test parece que confirmó que estaba en tiempos…
La carrera del asturcón con un recorrido de 28km y unos 1200 m de desnivel positivos, la realicé en 2h 37 min.
Ya no me acuerdo del puesto, pero vamos, que no quedé mal.
Ya no había dudas, tenía que apuntarme.
Una vez que ya está uno inscrito, autoconvencido y encima arengado por los amigos, viene la primera cuestión: ¿Cómo se prepara uno para una salvajada de este tipo?.
Pues a mí no me preguntéis, porque si antes de participar no lo sabía, ahora menos todavía.
Mi esquema de entrenamiento se ha basado en el sistema que he empleado para los maratones.
Solo he corrido dos oficiales, los dos en Donostia (extraoficiales o por mi cuenta unos cuantos).
El plan de entreno para esos maratones siempre ha sido el de Martín Fiz, me va bien y se adecúa a mis gustos como corredor.
En esos entrenos solo se hacen tiradas largas de una longitud aprox. la mitad del recorrido a realizar.
Es decir según su filosofía, no hay que hacerse un maratón o casi un maratón antes de correr el propio que vayas a correr. Basicamente para no llegar amontonado a la prueba.
Basandome en eso, he hecho salidas de montaña con amigos de aquí del foro, durante el mes de Mayo en las cuales he metido sobre todo volumen de km y algo de desnivel.
Por ej. el 1 de mayo corri 45 km desde triollo hasta Potes, a los 15 días estuve en la ruta de la Covacha que ya colgó Frajam en el foro y realicé tambien una ruta de 45km, 30 de los cuales los hice corriendo y me salieron 2000 m de desnivel positivo.
El 20 de mayo corrí con Christian los 46km con 2000 m de desnivel pos. de los 10.000 del soplao.
En el mes de Junio, solo he hecho una salida de reconocimiento de jidiello que no conocía(iba de resaca y lo digo en serio. hasta la mitad de la canal destilaba alcohol). Salimos Javi y yo desde la curva donde se coge la pista que va hacia las vegas de Sotres, subimos por Jidiello, bajamos hasta el jito y de ahí a Sotres. Total 2h 45 min para 17 km y 1200 m de desnivel positivos. Desde la curva hasta el collado valdominguero, 1h 40 min y eso que iba de resaca o a lo mejor por eso, jejejej…
Total que parecía confirmarse que el motor estaba afinado.
El finde anterior a la travesera, me apunté a la integral para dar el punto de afinamiento a las piernas y confirmar de nuevo que todo está en orden.
Me vino bien esta integral para el entreno por dos cosas, primero salir tan temprano (4 de la mañana) me habituaría a obligar al cuerpo a lo antinatural para él de tener que funcionar cuando debería estar descansando. Y todo ese porrón de horas que estuvimos andando y que se acercaban a la mejor estimación de horario a hacer en la travesera, me daría una medida de cómo podría soportarlo.
También, salimos bien parados de ese test. Aunque paradójicamente, me he recuperado mejor de la travesera que de la integral. Pero no sabría explicar porqué.
Ya están todas las cartas echadas y se acerca el gran día.
De momento no hay asomo de nervios por ningún lado, solo algo de inquietud por que llegue el viernes 24 a las 12 de la noche y resolver lo que se tenga que resolver y dilucidar todas las dudas.
El día ese me lo tomo de vacaciones para poder dormir bien la noche previa e ir bien descansado.
Me voy acercando a Arenas poco a poco y decido subir a Espinama para hacer tiempo y allí me encuentro a un par de alicates en el Restaurante Remoña.
Sin saber que estaban por allí me encontré con Pocholo y Educo que bajaban de vivaquear la noche de S.Juan en la torre de la Palanca.
Charlamos un rato, echamos unas risas, me dieron sus últimos animos, junto con Jesús del Remoña y con las mismas me despedí de ellos y camino de Arenas a recoger el dorsal e iniciar el ritual típico antes de cualquier prueba.
En Arenas se acercaron Carlinos, Yorx, Marta y Diana, junto con Honorio, el amigo de Carlinos que quedó segundo en la edición del 2010.
Charlamos un rato, me dan también sus animos y quedamos para encontrarnos en la salida.
En esos momentos yo ya estaba algo nerviosín por empezar.
Como esté día había comido bien, no me apetecía cenar mucho, así que, como cena tomé dos manzanas, un cafecito y listo para lo que se nos venga encima.
Y llega el gran momento…
Nos acercamos a Covandonda, al aparcamiento del Repelao cogemos todos los trastes de la batalla y al punto de salida.
En el punto de salida saludo a Cesar Menéndez que por allí andaba también, llegan Carlinos y compañía y tanto Yorx como Carlinos que han sido los reporteros oficiales de mi carrera, me sacaron unas fotos con mi afición particular y mis guapas animadoras.
Como decía Mu en el Facebook, como entren a mirar con lupa los de la organización, animadoras así de guapas puede ser considerado dopping, jajaja…
En la salida, nos dan unas últimas indicaciones de los puntos especialmente peligrosos y a tener en cuenta y nos advierten del incremento de la dureza de este año por las condiciones de escasez de nieve y por el día de altas temperaturas que nos espera.
Nos advierten insistentemente sobre la importancia de hidratarnos muy bien.
Y como cierre de las explicaciones nos dicen algo que horas después para mí cobraría su significado real:
"Suerte y enhorabuena a todos solo por el hecho de estar aquí en la línea de salida, que solamente eso ya es muy meritorio"
Me despido de los amigos y amigas que han venido a animar y a apoyar.
Le deseo suerte a mi amigo Javi y enseguida nos van llamando por los números del dorsal y una vez todo en orden y todos listos llega el momento de la verdad, comenzamos a correr…
El primer tramo hasta la cueva de la santina, lo hago corriendo e intento posicionarme bien, porque luego en un buen rato es difícil adelantar ya que es un sendero estrecho.
llegados a la cueva ya se deja de correr y comienza una subida por el sendero que digo, luego ya pasado el sendero, se sale a zonas abiertas con praos y ya voy adelantando gente.
Llegado a un punto de la subida me encuentro con mi amigo Javi que este año va a intentar mejorar si puede en una hora el tiempo del año pasado. Me sorprendo al alcanzarle, pero el tira más fuerte y yo decido suavizar, que esto solo es el comienzo y creo que ya voy algo fuerte.
Poco a poco sin nada reseñable; salvo la cantidad de barro que llevo ya en las zapatillas de meter en más de una ocasión las pezuñas en la cantidad de zonas embarradas y que con la luz de la frontal apenas distinguía; vamos acercándonos al primer puesto de avituallamiento liquido en Enol.
Una mirada hacia atrás me dejo clavado cuando vi la preciosa imagen de una hilera interminable de luces detrás mio perdiéndose en el mínimo horizonte que uno acierta a alcanzar en la noche.
Por fin, casi sin darme cuenta, allí estoy, en el avituallamiento. Saludo a Carlinos que había subido a sacar fotos y animar a los amigos y se sorprende porque no me había reconocido.
Hasta aquí había invertido 1h y 35 min creo recordar, para salvar unos 1000 m de desnivel y 10km.
Veo que voy entre el grupo de los 40 primeros y bien de tiempo. De momento todo bien, aunque quizás un pelín pasado de punto.
Bebo un poco de agua, me despido de Carlinos (con que entusiasmo vive esta prueba, ye la bomba este tío) y continúo por la pista de Pandecarmen.
Todo este tramo desde Covadonga hasta vegarredonda no lo conocía, así que no tenía ninguna referencia mental para ir adecuando el ritmo. Simplemente me dejo llevar por los que van delante y por mis sensaciones.
Vamos ascendiendo y llevo en mente la idea de tomarme un gel de hidratos de carbono en el ref. de vegarredonda. Como estos geles hay que tomarlos con un buen trago de agua, la idea es tomarlo en ese punto, aprovechando la fuente y así guardar el agua que llevo conmigo (1,2 litros en dos botellines de 0.6l cada uno).
Como no conozco el camino, mi única referencia es ir mirando el altimetro. Al parecer el camino de la travesera pasa dejando a un lado el ref.
Total que me lo paso sin darme cuenta y mirando el altimetro pensaba que salvo que estuviera mal calibrado por la altura que me marcaba, el ref.lo había dejado abajo, como así era.
En ese momento ya empiezo a ver zonas del camino que lleva al Jou Santo que me sonaban de haber andado otras veces por esa zona que si conocía.
Eso me infundió moral, porque iba bien.
Poco a poco los metros en el altimetro iban sumando sin darme cuenta.
En los puestos de control nos van informando de la posición y nos arengan todo el tiempo, ¡venga valientes!.
En 3h y media estoy en la mitad del Jou Santo camino del Boquete y decido parar a tomar el primer gel del día con el que me bebo casi un botellín de medio litro.
Listo el primer cartucho, a por el Boquete y la bajada de Mesones.
Todo este tramo nocturno esta marcado de lujo, la bajada de Mesones en su comienzo esta marcada cada 10 m con unas luces rojas muy visibles y despues ya con unas bandas reflectantes que se ven a la perfección.
A las 4 am en punto asomo por el Boquete y la visión de Caín allá abajo regocija el alma.
Es el primer punto de avituallamiento solido y un hito importante en la carrera.
El paso por Caín supone los primeros 29 km de carrera, donde ya hay gente que se da cuenta de que va esta carrera y se retira.
Aunque la visión de Caín le alegra a uno porque lo ves accesible, llegar hasta allí abaaaajo, todavía me costará 1h y 20 min.
Bajo dejandome caer, trotando, andando y en el último tramo ya pasado el sedo, corriendo.
a las 5y 20 am estoy entrando en las solitarias calles de Caín y llegando al avituallamiento los reconfortantes aplausos y ánimos, que en ningún momento de la prueba dejamos de recibir.
En este avituallamiento me sorprende encontrarme de nuevo con Javi.
Él había llegado a las 5 y justo en ese momento arrancaba camino del sedo Mabro.
Como un poco de chocolate, algo de bollería, platano y sobre todo bebo bastante.
Un poco de bebida isotónica y bastante agua. Relleno los botellines que traía llenos de la fuente de Mesones y comienzan las primeras dudas. Bajando mesones, notaba como al correr en alguna pequeña cuestecilla, se me querían subir los gemelos y notaba algunos calambres en los cuadriceps.
Esto último es algo que nunca me había pasado. Estaba claro que había forzado en la subida hasta el Jou Santo y empezaba a acusarlo. Pero como tenía la experiencia de que la musculatura se va recuperando al darle cambios de rendimiento diferentes porque unas veces subes y otras bajas y los musculos trabajan de distinta manera. A veces al cambiar de subir a bajar y al reves, te vas recuperando.
Pensé para mi: "no puedes retirarte en Caín, no puedes hacerle esto a todos los amigos que te están apoyando".
Al menos debía seguir hasta Urriello que ya se me antojaba una retirada digna y habiendo presentado algo de batalla.
Me marqué pues ese hito a conseguir.
En total estuve 5 min en Caín, arranco camino del sedo Mabro y cuando estaba atravesando el pedrero con algo de senda que lleva al sedo, contemple una de las imágenes que no se me olvidarán jamás de este día. La estampa de ver toda la canal de Mesones desde arriba hasta abajo llena de luces como si fueran luciérnagas. Eso hay que vivirlo, ¡¡¡que visión más espectacular!!!.
En ese momento yo iba posicionado el 40 creo recordar. Pero yo no he sido consciente de esa realidad en toda la carrera. Quiero decir con esto, que si que lo sabía obviamente, pero que no le he dado la más mínima importancia. Lo primordial para mí era terminar. Así que ese dato no lo he tenido en cuenta en ningún momento para nada.
Prosigo mis evoluciones en solitario ese tramo y me sorprendo a la salida del sedo Mabro al encontrarme de nuevo con mi amigo Javi. Me dice: "se jodió la carrera Tomás", no sabía porque razón, quizás algo que le sentó mal, el frio, los nervios o el esfuerzo de ir a un ritmo fuerte. El caso es que había vomitado todo lo que comió en Caín e incluso había llegado a vomitar sangre.
Me lo encontré muy pálido y moralmente muy abatido. Le dije que fuéramos juntos más suave y el me insistía en que tirase, que corriera mi carrera. Que él se retiraba en Urriello. Yo le intenté convencer de que si se encontraba tan mal, porque no optaba por bajar por la ruta del Cares en vez de forzar hasta Urriello. Pero el insistió en que no. Estaba claro que aunque la realidad era más que contundente, algo en su interior decía que el último cartucho estaba todavía pendiente de quemar.
Intenté ir más suave a ver si se reponía pero al ver que se iba quedando, me despedí de él y continué a mi marcha. Hasta el canalón de Dobresengros impuse mi ritmo que para esta subida y con lo que traían las piernas, de haber continuado mucho tiempo con él, a buen seguro lo hubiera pagado caro.
Llegué sin problemas y adelantando poco a poco a algunos participantes hasta la mitad del canalón donde se toma el sedo. En ese punto decido meter el segundo cartucho del día, otro gel que me tomo bebiéndome una bebida isotónica que me ofrece un paisano de la organización que se encuentra en este punto de control.
Continuamos canal arriba y pasado el bosque de después del Canalón, adelanto a un grupillo de tres y alcanzo a uno que va solo y decido bajar el pistón y coger su ritmo que me parece bueno y un pelín más suave que el que yo acostumbro a llevar. Vamos a ir reservando me digo.
Por las inscripciones que lleva en sus pantalones, es un vasco, creo recordar que de Itziar en Guipuzcoa. Le animo diciéndole que ya nos queda poco para salir de esta primera subida hasta dar al hoyo grande bajero. Conocer el terreno por el que discurre la prueba creo que es muy importante para ir marcándose los hitos a alcanzar mentalmente y para dosificarte. Al menos a mi me resulta muy importante de cara a la estrategia mental.
En estas, el grupillo de tres que pasé anteriormente nos está alcanzando. Decido despegarme y seguir otro rato a mi ritmo hasta llegar a la entrada del hoyo grande bajero y a partir de aquí ya me uní al ritmo de uno de los tres que nos estaban alcanzando.
Desde ese momento y hasta la mitad de Jidiello he seguido el ritmo de este compañero de carrera.
Me resultó cómodo su ritmo y así se lo dije. Me comentó que se llamaba Roberto y es de la misma categoría de Quintana y ya había corrido esta prueba creo que todas las anteriores ediciones. Si no me equivoco, creo que me dijo un tiempo de 15 h el año pasado.
Pero este año decía que iba jodido. Aún así subíamos a muy buen ritmo.
Siguiendo sus pasos a un ritmo diesel pero fiable, fuimos ascendiendo sin darme cuenta y muy recuperado mentalmente en comparación con las primeras dudas de Caín.
Llegamos sin mayores problemas a la Horcada de Caín a las 8:30.
Le comento a Roberto: "Ni en mis mejores previsiones hubiera imaginado estar a esta hora aquí".
El se paró a beber y quitar algo de ropa y le dije que continuaba y nos veríamos en urriello.
Bajé, trotando y corriendo lo que pude y a las 9 en punto estaba en Urriello.
Aquí ya veo las cosas de otro color y aunque los calambres de los cuádriceps continúan de cuando en cuando, los gemelos ya no me darán más problemas. Ahora son las rodillas las que empiezan ya a acordarse de su dueño.
Como bien, me tomo mi tiempo, unos 12 minutos en total, creo. Bebo bastante y relleno otra vez los botellines.
Me doy protección solar, porque a partir de ahora ya empezará Lorenzo a castigarnos.
Ahora de momento parece que me he recuperado y aquí no me planteo la retirada. Decido que de hacerlo ha de ser en las Vegas de Sotres según vea cómo voy de cuádriceps y de rodillas.
En el rato que había estado avituallando vino Roberto y salió antes que yo.
Me pertrecho de nuevo y en un momento doy alcance a Roberto que ni se había enterado que estaba en Urriello.
La Celada, ni me entero al subirla, la he subido taaaantas veces para otras aventuras, que hasta se me hace amena en esta ocasión. La subida a la collada bonita es la primera vez que la voy a hacer y sin darnos cuenta asomamos en todo lo alto de este bonito mirador del Picu.
Ya llevamos unos 5200 metros de desnivel positivos y son solo las 10 de la mañana, ¡increíble!.
Comienza entonces uno de los escenarios de tortura mejor diseñados dentro de esta prueba.
En la hora y media que nos llevó bajar por las Moñetas hasta las Vegas de Sotres, no hay un solo paso que se pueda dar por un terreno mínimamente agradable de pisar.
Es un continuo martirio para los pies y para las articulaciones. Mentalmente es demoledora la visión de las Vegas de Sotres allá abaaaajo. Con un sol de justicia que ya caía a plomo sobre nuestras cabezas, esta bajada será una de las partes de esta carrera que no se me olvidarán nunca tampoco.
De cuando en cuando nos topábamos con gente que subía o que bajaba y junto con la gente de los puestos de control nos daban ánimos que se agradecen enormemente.
Así sin más, a base de no pensar en el dolor y concentrar las fuerzas en llegar al hito marcado, conseguimos salir de la zona más incómoda para llegar a la parte baja de las Moñetas donde apenas quedan un par de km para salir a las Vegas y aquí ya pisamos algo sobre hierba.
Le digo a mi eventual compañero de carrera Roberto, que voy a correr hasta las vegas, para ir soltando un poco las piernas y a las 11:30 llego entre ánimos y vítores al avituallamiento de las Vegas de Sotres.
Este avituallamiento también es sólido y líquido. Me hidrato bien, recargo botellines y en este punto además de comer bien, me tomo otro gel, (el tercer cartucho del día). Descanso otros 10 minutos y me planteo que aunque las rodillas ya reniegan de su dueño por el trato que las estoy dando y los cuádriceps siguen igual que desde la bajada de Mesones.
Mis amigos Carlinos, Yorx, Marta y Diana, bien se merecen el esfuerzo de que llegue al menos hasta el Collado de Valdominguero. No les puedo fallar, con la ilusión con la que han subido hasta allí para animarnos, no puedo rajarme.
Subiendo voy bien, se que no voy a tener problemas. De tenerlos los tendré bajando y todavía me puedo retirar en el Jito.
Así que el siguiente hito a cumplir en la carrera es al menos llegar al jito.
Roberto sale antes que yo, mientras me estoy tomando el gel y le digo que ya le alcanzo.
salgo unos pocos minutos después y enseguida le alcanzo.
Marca su ritmo cómodo para mí y poco a poco vamos ascendiendo facilmente.
al rato nos alcanza un chico al que habíamos dejado atrás en la bajada de las moñetas y seguimos los tres al ritmo que marca Roberto en todo momento.
Mi fortuito compañero de carrera, empieza a acusar el esfuerzo y el calor que ya es considerable y comienzan las primeras paradas. Algo no marcha bien nos dice y al cabo de unas tiradas cada vez más cortas, tiene que parar a descansar. Por detrás viene un conocido de Roberto que sube a buen ritmo, ya sabéis, a ritmo diesel pero fiable, jejejej…
Me quedo varias veces con mi compañero de buena parte de la carrera, a ver si consigue recuperar, aunque él me insiste en que tiremos. Después de varias paradas, decido que tengo que seguir porque si no está canal me va a matar. Prosigo a mi ritmo abandonando al que me ha acompañado buena parte de la carrera y cuyo ritmo tanto me ha ayudado y al poco alcanzo al siguiente compañero aunque por poco tiempo, lo que nos llevó terminar la segunda mitad de Jidiello.
Así, casi sin darme cuenta, conseguí terminar esta subida que posiblemente sea uno de los puntos más importantes de criba de esta prueba. Porque viéndola tanto desde abajo como desde arriba, mete miedo. Incluso llegué algo reservón, y embravecido por los ánimos de mis amigos en el collado, les dedique un último esfuerzo en forma de pequeño esprint final en los 10 últimos metros de la salida de la canal.
Qué alegría ver allí a todos estos amigos. No veáis cómo me cuidaron y me mimaron.
Este será otro de los momentos que tendré grabado a fuego en mi memoria y no por haber llegado hasta allí, sino precisamente por eso, por el encuentro con los amigos y su trato hacia mi.
Que grandes!!!.
He llegado aquí a las 13:30, claramente hemos perdido ritmo. El cansancio ya hace mella y el sol tambien.
En este punto ya veía más opciones de poder acabar, pero la sombra de la duda y de la posible retirada todavía no se había disipado. Todavía quedaban 22km no de bajada, sino de autentica tortura china sin ningún tipo de compasión.
Menos mal que este año había avituallamiento liquido extra en este collado. Un positivo para la organización.
En el collado me dicen que voy el 30 y digo: "al carajo el puesto y el tiempo, voy a charlar un rato con mis amigos que se lo merecen".
Aprovecho a hidratar bien y a darme un masaje en los cuadriceps con un poco de linimento a ver si me alivia un poco los dolores.
Me repongo y tras despedirme, protagonizo una de las anécdotas del día que más de uno ha comentado con gracia por lo sorprendente.
Venido arriba por la presencia de mis amigos y mis guapas animadoras, salí totalmente engorilado del collado, siendo uno de los pocos que partió de allí corriendo y hay videos que así lo acreditan.
Traspongo el collado Valdominguero y ahí se acabó el terreno amigable, a partir de ahora la bajada hace mella en las rodillas a cada pisada. Que decir de los pies…
Al atravesar varios neveros, se me mojaron los calcetines y con el roce continuo, llevaba las plantas de los pies totalmente quemadas y con alguna que otra ampolla.
hasta el casetón hago ratos trotando, ratos corriendo y ratos andando.
La bajada por la pista que lleva al jito, la hice casi toda corriendo salvo un tramo corto que tuve que parar y bajar andando porque las rodillas ya se habían mosqueado conmigo y me querían abandonar por ser tan cabronazo y darlas esa mala vida.
Ya bastante tocado a las 14:30 llego al Jito donde estaba el último avituallamiento solido y desde donde todavía quedan 15 km de darte la puntilla si aún te ha parecido guasa lo anterior.
Vuelvo a hidratar y comer bien y no me paro mucho a pensarlo, ya no pienso en las rodillas que me duelen horrores, solo pienso en que tengo que llegar, que solo son 15 km. Que aunque no pueda correr mucho, aunque solo sea andando 15 km a un ritmo digamos de 5km/h son tres horas.
Ya empiezo a plantearme por primera vez, no solo acabar, sino hacer un tiempo. y creo que puedo conseguir las 17h y media.
Me lanzo ya intentando no acordarme del dolor y focalizando mi pensamiento en los amigos que me habéis apoyado todo este tiempo. Tenía que darlo todo hasta que ya me fuera imposible soportar el dolor.
La primera parte es en bajada hasta comenzar una subida de unos 200 m. Bajando aunque el primer tramo es por un terreno cómodo en comparación a todo lo anterior, lo hago trotando. Los dolores de cuádriceps son tan acusados que me impiden correr abiertamente en estos tramos.
Llego hasta el punto de control donde comienza la subida y decido meter el último cartucho del día.
No me importa gastar un botellín entero para meter este gel, porque se que hay un fuente nada más pasar la majada de Tordín.
Charlo un rato con el paisano del puesto de control, que tenía ganas de charleta. No me extraña, todo el día solos. Estos también tienen mucho merito.
Con las mismas me despido y arranco sin pensarlo más.
La subida la hago bien, de hecho tenía fuelle para seguir subiendo, eso siempre fue una cuestión que nunca me planteó dudas desde antes de comenzar la carrera. Eso sabía que era una cuestión de recargar el depósito de combustible, habiendo energía, sabía que las piernas responderían en subida.
Lo que siempre he temido ha sido la bajada.
Una vez terminada la subida, quedan creo que 5km de bajada hasta Arenas , que son la guinda del pastel.
Aquí ya retirarse no es ninguna opción. Hay que llegar como sea y no hay palabras para describir el sufrimiento porque aunque las hubiera se quedarían cortas para definir tanto dolor.
Este tramo es el que confirma que para acabar esta prueba no se qué tipo de entrenamiento habrá que hacer, pero algo es seguro, hay que tener una capacidad de sufrimiento inquebrantable porque si no lo mandas todo al carajo hace tiempo.
Cuando llegas al punto en que ves Arenas allá abajo y miras el altímetro que te confirma inequívocamente lo que has de sufrir todavía, quieres pensar que esto no va contigo. Pero si amigo, no te queda más remedio, te lo tienes que comer tu solito.
No sé qué recursos emplean otros para sobreponerse, ni siquiera sabría decir muy bien cuáles son los que empleé yo. Simplemente no dejar de sufrir y no pensarlo. No me preguntéis como lo hice, ni yo mismo lo sé.
El caso es que increíblemente aunque al altímetro le costaba acercarse a los 138 m de altitud que acabarían con mi tortura, poco a poco descendía y visualizaba claramente las 17h y media como tiempo final.
Recorto unas cuantas revueltas de la senda de caoro que se me hace infumable y en un momento adelanto a un participante que baja muy tocado. Al poco me pasan otros tres que vienen recortando también por el bosque y me dejan atrás. Por fin se acaba la senda que machaca los pies de una manera cruel y entro en la última zona de la senda que ya discurre por camino de tierra y en este tramo, voy corriendo y trotando a tramos, hasta que ya finalmente y para mi alegría llego a la carretera.
Por fin piso en firme y este último tramo de menos de 1km lo hago corriendo, animado continuamente por la gente que te aplaude sin cesar. En este tramo volví a pasar a los tres que me adelantaron anteriormente y que para mi sorpresa iban andando.
y finalmente en 17 h y 17 conseguí alzar los brazos con la mayor de las satisfacciones y alegrías, en ese supremo instante de gloría que uno se ha ganado a lo largo de un día inolvidable.
Acabar y quedarme aplatanado fue todo uno…
Ahora ya repuesto y habiendo pasado una semana, ya he podido saborear la prueba y todo lo pasado, porque sinceramente el día de carrera disfrutar, lo que se dice disfrutar…
Bueno sí, una cosa sí que disfruté aparte del momento de las luces por la noche.
El percibir la sincera admiración con que la gente te anima por lo que supone esta prueba, eso sí que le reconforta a uno y le hace sacar fuerzas de donde casi no las hay.
Esa es una de las pocas cosas que he podido disfrutar ese día.
Ese día me decía que esto era una salvajada y que no volvería a repetir.
Ahora ya empiezo a tener dudas, lo cual no quiere decir nada por si mismo, pero sí que confirma la capacidad de la mente para olvidarse de lo sufrido. Y es muy fácil de explicar, es un mecanismo de defensa, sino esta vida a veces resultaría muy difícil de llevar.
Para finalizar y pasar página.
Lo he dicho más de una vez y a más de uno de vosotros y es cierto, el pensar en la alegría que os iba a causar a más de uno con mi triunfo personal ha sido una fuente de inspiración y creo, sin dudas a equivocarme, la principal razón que ha hecho posible concluir la prueba.
Indudablemente sin poner yo de mi parte sería imposible, pero hace falta una motivación muy fuerte para terminar esta prueba y sin vosotros por detrás apoyando, no se si lo hubiera mandado todo a paseo en más de una ocasión de las que la idea del abandono rondaba mi cabeza.
Solo se, que es lo más duro que he hecho nunca, que nada es gratis en esta carrera, que mucha gente muy buena ha tenido que abandonar por distintas razones y que más que en ninguna otra prueba de las que he corrido en esta se impone tener una fuerza de voluntad a prueba de bombas y aún así no tienes nada garantizado hasta cruzar la línea de meta.
Pero solo el intentarlo si te crees capacitado ya merecerá la pena.
Por último me reitero otra vez en el agradecimiento a todos los amigos que os habéis volcado conmigo y por todas las muestras de aprecio recibidas en forma de ánimo, de reconocimiento y admiración, por la finalización de la prueba.
Sin duda alguna me habéis hecho muy feliz durante unos días y todas esas muestras de aprecio son impagables o al menos no se me ocurre la manera de corresponder, salvo que sea intentando ser igual de buen amigo que vosotros.
Espero que esta crónica os pueda servir de referencia a los que os planteáis seriamente la participación.
Pero no me pidáis consejos, porque como he dicho, ni yo mismo se como lo he hecho.
Como asevera la inscripción de la camiseta que acredita la prueba:
“TA FECHU”