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El Correo Papalegüense (edición online)
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Papa-Léguas

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Sparkland
Respostar citando Envío Lun, 18 Nov 2019, 20:13
Asunto: Re: El Correo Papalegüense (edición online)

Reza el dicho que “Tres cousas hai en Ourense, que non as hai en España, o Santo Cristo, a Ponte, e as Burgas fervendo auga”, y con ser muy cierto, hay también a quienes esto les parece una lista demasiado corta, y les gustaría añadir, por ejemplo, un rascacielos de 80 plantas. ¡Sujétate los machos!

A mí, personalmente, ni me gusta ni me disgusta la idea, aún cuando sí estoy muy cierto de una cosa en cuanto a la puesta en práctica de dicha obra: Aquí, en este santo Sparkland, la casa siempre se empieza a construir por el tejado.
Por eso amigos, no os voy a aburrir, como en buena lid me pediría el cuerpo, siguiendo la misma línea hiperbólica, diciendo que el San Martiño es la mejor carrera del mundo, que no hay otra cosa igual en toda la esfera del universo, que el día que la hicieron se rompió el molde, que preferiría caer muerto en medio de la pista, antes que tener que verla desde el gallinero. Y sin embargo llegará ese día.

Pero mientras tanto…

Pues mientras tanto, una edición más que me echo al coleto. Y si este fuera uno de esos diarios mal llamados serios (que a serio, cuando este tiene el día cenizo, nadie le gana) - que en el fondo lo que tienen diferente es el ser mucho más meticulosos, y más respetuosos con la cifra decimal y las operaciones algebraicas, menos indisciplinados en suma, y de vida disipada – os podría decir cuántas van, y cuántos kilómetros sanmartiñeros comportan, y cuantas aguas he cogido de los voluntarios, y cuantos escupitajos he sorteado, y cuántos no, y cuántas veces he hincado el codo al de al lado, y cuantas he sido yo el empitonado, con el codo u otra parte del cuerpo análogamente protuberante, (estas, las menos).

Esa es la realidad, las estadísticas de esta carrera me la refanfinflan. Y es que el San Martiño es pura emoción, es un sentimiento inefable, es una vida entera de entrega desinteresada, es aquel juguete que dejaste olvidado en el recreo y que se lo llevó otro niño. Es eso, aquello ante lo que tenemos que arrodillarnos e inclinar la cabeza, y pedir clemencia. Es la carrera que saca la espada de la piedra en esta ciudad gris y plomiza, la que la salva de la oscuridad del otoño, la que te cura de una lesión mal curada, por la simple razón de que no hay nada más allá por lo que merezca la pena luchar, y aquí se viene a morir, legionarios de Roma!!!!

Te saludo, Oh San Martiño, comencé diciendo pues en esa mañana de ayer. Mi cuerpo está maltrecho y agostado por los muchos otoños, pero un año más seré fiel a la llamada a filas de nuestra patria chica (para otros, imperio en el que no se pone el Baltar).

Acudimos por tanto matogrosso y yo hacia la estatua del coloso de Nexus, donde el general Baoes había previsto reunir a las tropas correrengalicienses. Sin embargo, cuando llegamos, las cohortes ya habían sido dispersadas. En el fragor de los calentamientos la revista se había adelantado a su hora. Un chasco, sí, pero en el amor y en la guerra, todo vale. En fin, sin foto, y con el ego malherido, tendríamos que apretarnos el centurión.

Y entonces nos encontramos con empanado2, con quien compartimos esos momentos previos de puesta a punto, y el trance de encomendarnos a las fuerzas de lo oculto, principalmente, ese glucógeno intramuscular que nunca sabes si lo llevas de más o de menos, o si te lo dejaste en la mesita de noche.

No ha lugar a demasiadas reflexiones ya, ni últimas consejas. La megafonía nos impele a ocupar nuestros puestos en la explanada de la salida, mirando a los arcos arpados, y escarpados, del puente del milenio, cuyo esquelético tórax, de antediluvianas reminiscencias, habremos de atravesar cual punción multicolor con nuestras primerizas, vigorosas, efervescentes, torpes y azoradas zancadas.

Y enseguida soy consciente de que no es mi día; que el haber procrastinado, cual Krusty el payaso, y haberme fumado entrenos cruciales, me va a pasar, y me está pasando ya, factura. Nunca mejor dicho, la dolorosa.

Y entonces me empieza a pasar gente y más gente, sin tan siquiera haber puesto un pie en ninguno de los otros puentes que me esperan, que son un puñado. Y me comienzo a desesperar.

Veo archirrivales y más archirrivales que parecen salir hasta de debajo de las piedras, y que ponen tierra de por medio, pero no puedo hacer nada, y entonces comprendo que mi objetivo será ya solo resistir. Resistir y alcanzar la meta con bien. Con toda la dignidad de la que pudiera ser capaz en medio de tamaña debacle. Sin el recurso siquiera de que al día siguiente me pague Malú, pelillos a la mar, unos bocatas en una jamonería de carretera.

Y sin embargo, piano, piano, si va lontano. Los kilómetros empiezan a caer, y cuando quiero darme cuenta, estoy bajando en dirección al Puente Nuevo, desde donde ya, cualquier cosa que se haga, para bien o para mal, es a fondo perdido. Atrás queda aquel señor en el casco viejo, que con anciana voz y anciano resabio, nos recordaba desde lo alto de su balcón, que por moito que correramos, xa non chegábamos cedo. Verdades como puños que te golpean más que los kilómetros, y que en el noventainueve por ciento de los casos son manos ganadoras, pero que en el San Martiño no.

Es así la vida, amigos. Nadie espera del San Martiño que sea una competición de guante blanco, ni que lo practiquen brutos que se comportan como caballeros, ni que sea acogido entre la lista de los Majors (amén Jesús), con la misma hospitalidad que en las coplas dos Maios.

Esta es una carrera hecha para vivirla, no como unas vacaciones en el Caribe con la churri, sino como una Nochebuena en familia. Aguantando a mucho cuñado, por supuesto, que también tienen derecho a la vida, y a quitarte ese muslo del pavo que, de crío, la abuela te guardaba como oro en paño.

Y sí, se puede hacer un pésimo San Martiño, y ser feliz. Irse para casa sin la sensación de derrota. Aceptar hámster como animal de compañía en una carrera donde la piel del conejo estaba vendida de antemano.

Habrá más San Martiños. O no. Y por ello, hay que disfrutarlos siempre como si fueran el último, como si los fueran a prohibir, como si de pronto, y sin previo aviso, los Esprintes decidieran pasarse a los dardos… Que no es esto una microvenganza en respuesta al vacile que me metió Oscarourense, cuando él y sus sicarios, al mando de los globos del minuto 50, me engullían por Doctor Fleming, sin que ni siquiera la penicilina me pudiera salvar de tamaña dolencia.

Los últimos compases del San Martiño, que es donde me había quedado en este relato, lleno de flashbacks, anacronías y memento mori, faltaba como no, un “deux ex machina” en forma de arcos inflables salvíficos. Y estos aparecieron por fin en el viejo puente medieval, Romano para los amigos, (¡oh Sparkland, ciudad eterna!), y a las puertas mismas del pabellón de los Remedios, donde sin remedio acaba dando uno con sus huesos. Y de bruces, con la implacable verdad, suprema sentencia, del crono.

Por primera vez, en mi larga, no digo ya dilatada, sino directamente dada de sí, convertida en colgajo repugnante, experiencia atlética, por encima de los 51 minutos. No ya cincuentón, sino peor.

Pero esta es ley de vida, se mire por donde se mire, se cuente como se cuente, latigazo verbal envuelto en purpurina de chascarrillo. La mala baba de la naturaleza que se filtra por entre las grietas de la piedra y la erosiona caprichosamente, diluyendo toda pasada forma cincelada por la voluntad humana. No hay peor sabiduría que la del cascarrabias anónimo. Xa non chegamos cedo. Imposible quitárselo de la cabeza.

Pero nadie llega a tiempo a donde no es esperado. (Esto vaya por lo de la fotokedada, Paco) Y esto es cierto para todo en la vida, menos para el San Martiño. Porque el San Martiño espera a todos, y es amable con todos, y se alegra de vernos a todos los que le seguimos, lleguemos tarde o temprano a la meta, y nos recompensa a todos con su gracia y grandeza. San Léguas, capítulo tercero, versículo quinto.

En fin, amigos, que se me han quedado pegadas las yemas de los dedos al teclado… Esto ha sido todo. Se acabó el San Martiño. Hay que esperar otros doce meses. No puede ser, quiero llorar. Descontadme las semanas de vacaciones y echadlas a los perros, renuncio a ellas. Ansío que llegue ya otra vez esta semana de noviembre. La primavera en el Corte Inglés, me sobra también. Ahí van los Carnavales, tampoco los quiero. Las hogueras de San Juan... En la hoguera, abjuro de ellas.

Es la hora del adiós, y así, sin más, os lo digo, muchedumbres incrédulas, gentes de poca fe, y a Dios pongo por testigo, que por mis santos *******, mientras haya San Martiño, este simple mortal, arrastrará sus cadenas y su cruz por la calle de la amargura, que lo son todas en esta ciudad cuando sale el día torcido, hasta el final de los tiempos, por los siglos de los siglos. Amén.



Imagen real de la prueba, publicada por La Región, en el día del señor del 16 de noviembre de 2019.

Esta publicación no es un juguete, no se la dé a niños menores de 100 años. No la arroje al fuego, ni aún vacía de contenido. En caso de intoxicación accidental acuda a la mayor brevedad posible al servicio de urgencias psiquiátricas más cercano.
DoctorSlump

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O Xibao, Tomiño
Respostar citando Envío Lun, 18 Nov 2019, 20:26
Asunto: Re: El Correo Papalegüense (Especial San Martiño 2019)

Por un momento me habías convencido (entiéndase "hecho olvidar"), y entonces llego a la foto con ese público volcado (volcado hacia otro lado) y recuerdo.

Pero respeto enormemente tu emoción. Que la San Martiño siga pareciéndote el culmen de las carreras por muchos años. Y yo que lo vea, o no, pero al menos que lo lea.

Lo de las fotokedadas que monta el tal y luego disuelve cuando le da la gana ya si tal otro día.

Como el Ave Fénix resurjo de mis lesiones
Meigalicix

Experto no foro
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Vigo
Respostar citando Envío Lun, 18 Nov 2019, 21:55
Asunto: Re: El Correo Papalegüense (Especial San Martiño 2019)

De pouco vai servir a estas alturas dicir que eu sí vos esperaba, como xa é tradición, e que boteivos en falta cun punto de saudade.
Tampouco vai ser efectivo o intento de intercalar, entre tanto versículo do evanxeo de Papa-Léguas, algún verso de José Alfredo , como "que no hay que llegar primero , pero hay que saber llegar", e con iso darlle bertorella ó vello agoreiro do balcón.
Igualmente inútil reiterar que todo nesta vida é relativo. Ti fas loito do teu crono, e eu gustosa o recollería , como facía o coas herbas , naqueles outros versos de Calderón.
Pero tes razón : hai que rendirse á realidade, que para min resúmese, unha vez máis, noutro verso musical xa manido nestes lares : " Quien pudiera reir como llora Papa- Leguas"
Larpeirogorxon

Foreiro Xuvenil
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Respostar citando Envío Lun, 18 Nov 2019, 23:00
Asunto: Re: El Correo Papalegüense (Especial San Martiño 2019)

Hijo mío, has de recordar que los últimos serán los primeros siempre que vayan roganzdo y con el mazo dando.








Y recuerda pecador, por moito que corras, xa non chegas cedo Mr. Green

Puedes ir en paz
Amén.
matogrosso

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Aquae Urente
Respostar citando Envío Mar, 19 Nov 2019, 17:11
Asunto: Re: El Correo Papalegüense (Especial San Martiño 2019)

Estimado Sr. Léguas.

Me dirijo a Vd. no en calidad de hermano sino de convecino de esta gran ciudad a la que da en llamar Sparkland, y que a usted, y a mi, y a tantos otros runners, nos acogió con abnegado esfuerzo y mayor regocijo en el pasado día de su gran y afamada fiesta atlética.
Y lo hago para pedirle, ora para suplicarle, que por favor no le llame medieval al Puente Romano. Que no haga usted de menos a nuestro gran monumento milenario, uno de tantos, ni le rebaje de condición a cuenta de un chascarrillo fácil dirigido al gallinero de los troles ilustrados.
Y no se lo llame, sino porque estaba usted en clase de historia aquel día que fuimos instruidos del cómo y el cuándo se construyó, y un servidor puede dar fe de ello. Y si de lo explicado usted entiende que cuatro pedruscos que a duras penas hacen pie en el lecho del Miño, para sostener todo lo que dos mil años de historia han cargado a lomos de sus sufridos pilares, no son suficientes para reclamar el linaje de los Césares, entonces, si esto le supone un salto de fe insuperable, permítamele recordarle que también admite orgulloso la variante Puente Viejo o si así lo prefiere Ponte Vella y en su libertad está de así nombrarlo.
Y ya que estamos, y si no es mucho pedir, no dé de comer al troll, no alimente aún más a esa famélica envidia antiourensana que campa a sus anchas por el foro. No cebe como a un ganso a la tirria que algunos profesan a esta humilde urbe quien sabe si por alguna afrenta o desafecto pasado mal cicatrizado en lo más reptiliano de sus seseras.
Y más que nada no ceda a este revisionismo mentecato no vaya a ser que, a fuerza de repetirlo, termine también creyéndoselo. Cierto es que los únicos puentes verdaderamente romanos que hay son los que cruzan el Tíber, y no todos.

Muy suyo, atentamente.
Don Wilfredo de Albariño-Ribeiro y Runners.

Homo homini gallicus canis
Larpeirogorxon

Foreiro Xuvenil
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Respostar citando Envío Mér, 20 Nov 2019, 15:43
Asunto: Re: El Correo Papalegüense (Especial San Martiño 2019)

matogrosso escribió:
Estimado Sr. Léguas.
Que no haga usted de menos a nuestro gran monumento milenario, uno de tantos, ni le rebaje de condición a cuenta de un chascarrillo fácil dirigido al gallinero de los troles ilustrados.

¡El correo papaleguense, ahora con troles ilustrados! Eso me ha hecho reir y desear ser miembro de lo que parece un selecto y misterioso club, pero...

matogrosso escribió:
no dé de comer al troll, no alimente aún más a esa famélica envidia antiourensana que campa a sus anchas por el foro. No cebe como a un ganso a la tirria que algunos profesan a esta humilde urbe quien sabe si por alguna afrenta o desafecto pasado mal cicatrizado en lo más reptiliano de sus seseras.

...al no alimentar ni padecer envidia antiourensana alguna me he llevado un chasco. Una vez más me he creído trol ilustrado y no llego ni a orco juntaletras.
Por cierto, tiene gracia lo de los trols y los puentes. Cierto folclore considera a los trols y las trolas como expertos en materia de puentes ya que viven bajo ellos.
Al final, va a ser que soy un orco semi ilustrado.
Papa-Léguas

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Respostar citando Envío Mér, 20 Nov 2019, 17:47
Asunto: Re: El Correo Papalegüense (Especial San Martiño 2019)

Doctor, usted que es persona culta y de cacumen privilegiado sabrá bien que la máxima autoridad en caso de incendio es el Jefe de Bomberos. Pues bien, en caso de fotokedada, tres cuartos de lo mismo pasa con el capitán del Barco.

Meigalicix, me abrumas con tanto poético elogio. Gracias de corazón. En cuanto a lo de las risas y los llantos, y por continuar con los símiles beatos, ten en cuenta que muchas veces la procesión va por dentro, cabra incluida.

Larpe, pierda usted cuidado, en cuanto a impenetrabilidad de su mensaje, pocos le hacen sombra. No, sus ideas no son peregrinas, en absoluto.

Don Wilfredo, qué gusto tenerle a usted por aquí. Como habrá visto le he dado un poco de su propia medicina, al Sr. Gorxón, que además reclama títulos y señoríos intelectuales, sin tan siquiera haberse dado de alta como persona física. En fin.

En cuanto a la parte sustanciadora de su pliego, esto es, la defensa a ultranza de nuestro solar patrio frente a sus maléficos enemigos luciferinos que no descansarán hasta verlo reducido a cenizas, decirle simplemente, que no se haga mala sangre, usted solo se basta para mantenerlos a raya.
Es de hecho oírle hablar y convencerme, no tal vez intuitivamente de que Sparkland sea más que Tokio, Nueva York, Boston, Chicago, Londres o Berlín, pero de que es más que Bilbao, de calle.






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Andrés61

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Respostar citando Envío Xov, 21 Nov 2019, 17:54
Asunto: Re: El Correo Papalegüense (Especial San Martiño 2019)

¡Todavía sobrecogido con su relato Maestro!
La Quintaesencia de Prosa Poética Mística Aplauso Aplauso Aplauso
Y yo en la MM Vigo Demo
Yo Pecador me confieso.... Angel
Papa-Léguas

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Respostar citando Envío Ven, 22 Nov 2019, 17:23
Asunto: Re: El Correo Papalegüense (Especial San Martiño 2019)

Andrés61 escribió:
¡Todavía sobrecogido con su relato Maestro!
La Quintaesencia de Prosa Poética Mística Aplauso Aplauso Aplauso
Y yo en la MM Vigo Demo
Yo Pecador me confieso.... Angel

Una vez más, Sr.61, me honra Vd. con su visita. Alguien que llena el aforo de salones de actos con su sapiencia y oratoria. Aplauso
Madre mía, se empieza por ahí, y se acaba como Julio Iglesias, con las plazas de toros de bote en bote, y enjambres de señoras persiguiéndole por los camerinos. Nunca se sabe lo que nos deparará el futuro... El coso sembrado de ropa íntima al estilo Jesulín.... Disimulando

www.lavozdegalicia.es/...ign=fbferr

No pudo participar en el San Martiño que tuvo lugar conmigo, y de verás que lo lamento por Vd. Del acuchillamiento de mi orgullo runner salieron unas filloas sabrosísimas.
Habrá más ocasiones, no se aflija. Silbar

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Respostar citando Envío Dom, 08 Dec 2019, 18:16
Asunto: Re: El Correo Papalegüense (edición online)

Bueno, creo que si sigo en esto del running es gracias a mis propios micromecenazgos de irredentismo, que posibilitan, entre otras cosas, que después de este fin de semana largo de completo abandono deportivo, hoy domingo haya tenido los bemoles de salir a correr un poco.

Ni que decir tiene que esto ya no es ni la sombra de lo que fue, y que cada zancada, una por una, me obliga a sacar el látigo y recordarles a mis piernas quién lleva los pantalones. Tal es mi estado de forma.
Pero claro, antes hacía no menos de 100 kms al mes, luego fueron 75, y ahora si hago más de 50 ya es un milagro. No se pueden pedir peras al olmo, y menos a uno seco.

El caso es que cada vez que me cruzaba con paseantes y curiosos, domingueros varios, por el sendero fluvial, y ante mi evidente estado de depauperación, trataba de disimular, de aferrarme al dientes-dientes de la Pantoja, de enderezar la postura, y de elevar la rodilla, en la medida de lo posible, por encima de la marca hispánica.

En fin, todo ello seguramente sin ningún efecto estético ni práctico digno de ser tenido en consideración.

Así hasta que, en un momento dado, fruto en principio de la certeza de que mis tretas no hacían sino empeorar la imagen de conjunto, decidí no hurtar más al público el espectáculo. Eso es, me dije, les daré lo que quieren ver y oír. Y así, se volverán a sus casas reconfortados en sus creencias más almibaradas: Correr es de masocas, es darse una paliza a lo tonto, sufrir como un marrano ante lo inevitable, amargarse voluntariamente la existencia, matarse pa ná… Todo eso y más.

Era pues adelantar o cruzarme con viandantes y senderistas, y elevar deliberadamente el tono y el volumen de mis jadeos, de mis estertores, de mis rebuznos. Cuanto más agónicos, más desesperados, más hipóxicos, más infartados, mejor.

Avanzando pesada y renqueantemente, amenazando ruina, aliviándoles con mi desaparición de su vista de la obligación de socorrerme en caso de fatal desenlace. Planteándoles un dilema moral y un pequeño conflicto de conciencia: El elegir entre “Se lo merece por burro, así reviente aquí y ahora” o el más laxo “mejor no tentar al diablo, ya si acaso te quedas frito otro día, y que me coja a mi bien lejos”.

Pues eso, que hoy me dediqué a asustar a la gente mostrándoles la cara más horrenda del running. Ya vendrán otros entrenos, espero, en que pueda vender sus bondades. Aunque para eso ya llegan y sobran sus muchos anunciantes y consumidores.

Como corolario, añadir simplemente que el Ciripolen se negó a registrar dato alguno de la sesión. Completamente de acuerdo, para olvidar.




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Respostar citando Envío Mér, 11 Dec 2019, 20:42
Asunto: Re: El Correo Papalegüense (edición online)

Cosas del invierno. Te retrasas un poco en salir a correr, y cuando te quieres dar cuenta, ya son las mil.

Es de noche, hace frío, y el paseo del río es un páramo de sombras tenebrosas que se proyectan, como en el juego de los espejos, en los innumerables charcos. Entre las rendijas de la oscuridad, que parecen agarrar con sus negras zarpas los troncos de los árboles, como si fueran barrotes de una prisión tercermundista, asoma de vez en cuando algún perro, y con él, su amo asido a la correa.

Un runner es un caramelo para esas bestias furibundas, ansiosas de sangre fresca (no la mía evidentemente).

Pero… ¡Me ignoran! ¿Cómo puede ser esto?

Soy yo, seres del inframundo, vuestro menú ahorro. Ni por esas.

Me interno por el parque de la Lonia, ni un alma a la vista, en donde incluso un ocasional ladrón de gasoil se sentiría vulnerable y desamparado. En cambio, a mi me gusta este sitio, aquí corro de verdad.
Con lo bien que se está en casita, y yo haciendo el indio por ahí, pienso en bucle.

Un bicho pega un respingo delante de mis narices, y yo se lo veo, y se lo doblo. Quiero creer que es un conejo, pero la noche es su aliada, y se pierde por entre unos matorrales con todo su halo de misterio intacto. Entonces un pánico inespecífico me inunda, miro a mi espalda, compruebo que no se ve ni torta, y pierdo toda mi dignidad en una huida frenética hacia la civilización.
Nunca creí que ese resplandor mostaza que vomita la urbe me atraería de esa manera. Soy una polilla muy poco exigente.

Regreso a casa con 8 kms y medio bajo el brazo.
Casi una hora de noche cerrada a mis espaldas. Espaldas empapadas en sudores fríos, sudores calientes y tutti frutti. En mis ojos, reflejados en el escaparate de una cerrajería cerrada, brilla una expresión incatalogable, ni del todo humana, ni del todo racional; y recíprocamente, la ciudad, o lo que aún queda en pie de ella, me recompensa con sus habituales caras de incomprensión, o sencillamente, de aversión a las sombras surgidas de las sombras.



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freakyrunning

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Respostar citando Envío Xov, 12 Dec 2019, 19:52
Asunto: Re: El Correo Papalegüense (edición online)

Papa, al loro con los xabaríns meu. En Coruña pasearon por delante de mi casa. Para esos no eres un caramelo, eres un sugus.
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Respostar citando Envío Ven, 13 Dec 2019, 8:39
Asunto: Re: El Correo Papalegüense (edición online)

freakyrunning escribió:
Papa, al loro con los xabaríns meu. En Coruña pasearon por delante de mi casa. Para esos no eres un caramelo, eres un sugus.
Perfecto, un temor más que añadir a la lista, que los xabarines me vengan a pedir las pelas. Rezar

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Respostar citando Envío Ven, 13 Dec 2019, 20:44
Asunto: Re: El Correo Papalegüense (edición online)

En el episodio anterior del Papalegüense, el parque de la Lonia era un lugar sórdido, a desmano de la civilización, donde toda truculencia imaginable podía materializarse.
Y lo cierto es que le cogí un pelín de jindama. Tanta oscuridad junta da respeto, y una mala tarde la tiene cualquiera.
Por eso hoy decidí volver. No podía perderlo, no podía dejar que lo nuestro naufragase. Ese parque es más de lo que yo me merezco. Nunca un recinto ajardinado tan sereno y frondoso me había querido solo a mí.
Cierto es que el parque del Miño está más cerca, y con el centro comercial al lado puedes echar una ojeada al ganado que viene y va, pero también lo es que el tufo a porro es insoportable, y que, combinado con las letras del reggaetón, que flotan en el aire, hacen buena a una trepanación.

Esta vez, eso sí, iba armado con mi frontal en mano, y es que si por un casual, el único foco que alumbra todo el parque sufriese un apagón, ese sería también el momento de mi último mal.

Pero, oh sorpresa, al ser hoy viernes, estaba la cosa muy distinta. Dos, tres, y hasta cuatro focos encendidos iluminaban el terreno, casi un campo de fútbol, tantos como conejos llegué a ver. Uno de ellos hasta corrió por unos segundos delante de mí, moviendo nerviosamente su colita blanca de salto en salto. Casi por un momento llegamos a ser inseparables, un todo en uno, como Boris Johnson y su perro, al que llevó ayer a votar, y que votó.

La realidad es que este era un riesgo más controlado que cruzar el Atlántico en la Vagabonde.
En fin, que esos eran mis miedos, alegres conejillos...

Y con esa alegría en el ritmo me dejé llevar hasta la Chabasqueira, donde, ay, ahí si que no, se me cruzó un gato por delante. Nadie está libre en esta vida de que en algún momento le den gato por liebre.
Pero eso no me arredró, y desde ahí, en la fase ya de regreso a la base, frontal encendido y encañonando a todo bicho viviente, me lancé a una serie completa non stop de zancadas en verso libre.
Hay que aprovechar ahora que para luego es tarde, y yo ya soy un señor mayor, y cualquier día de estos ya no estamos para muchos trotes.

Al final el Ciripolen marcó unos 10 kms justos, y es que es muy típico de él subirse al carro de la victoria y apostar al caballo ganador, dándoselas también de justo e imparcial.
Bueno, pues que siga así, que ya vendrán otra vez días de no tenerlo tan claro, y de querer vender la burra.



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Papa-Léguas

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Sparkland
Respostar citando Envío Xov, 26 Dec 2019, 13:38
Asunto: Re: El Correo Papalegüense (edición online)

Cada vez que veo esas terribles inundaciones en Venecia, en Fiyi o en Vinalopó, unas por calentamiento global, otras por gota fría, no puedo dejar de sentir pena. Pero es una pena efímera, que me dura, nunca mejor dicho, un telediario, a lo sumo dos.

Muy distinto es cuando me las encuentro en mi casa, en mi Sparkland querido, en el paseo fluvial del Miño, por donde hago mis entrenamientos. Es entonces un padecimiento real, tangible, incapacitante, como un puñetazo en las narices. Dice el cordón policial que no puedes pasar, y aunque pasas, un par de metros más allá, te convences de que, en efecto, no puedes pasar. Burro, burro, burro…

Afortunadamente esto fue solo un par de semanas, y como dice el refranero, prolijo en alusiones a la meteorología, el temporal, Fabián que es buen muchacho, acabaría tarde o temprano calmándose. El problema es que, tanto mis planes de entrenamiento, como mi estado de forma, se han resentido gravemente, por no hablar del terreno mismo abnegado por las aguas. La tierra emergida tras el diluvio no permite albergar vida de ninguna clase, y no ha sido nada fácil hacer atracar en este pedregal, acribillado a surcos y socavones, el arca de las animaladas papalegüenses.
Qué razón tienen los borrachos cuando nos recuerdan lo que les hace el agua a las carreteras.

Ayer, ya a una hora respetable, y con un notable absentismo por parte de las farolas, a punto estuve en más de una ocasión de quebrarme un hueso por esos andurriales. Había que digerir la pularda, y el cabrito, y los ibéricos, y los lindores, y los Ferrero Rocher, y los turrones, y quitarlos del lugar en el que solo debían estar provisionalmente, mis tripas, antes de que intentasen una fuga descontrolada e ilegal, hacia michelines, panza, trasero o papada. La lucha cotidiana en mi frontera sur.

Y aunque mi pretensión era de no tensar mucho la cuerda en vista de la proximidad de dos citas, la carrera del Arenteiro, y la San Silvestre Ourensá, con una exigua separación de dos días entre ambas, al final, Ciripolen dixit, me salieron unos 9,62 kms pronto pago.

En fin, que acudiré al menos, sobradamente preparado a estas, ya que no joven. Claro que uno, que aún sigue echando mano de sus truquitos de belleza, ha aprovechado las vacaciones para ir a la peluquería y meterle a mi cabeza un rejuvenecedor rape a lo skinhead, que impide determinar si no tengo pelo por carcamal o por cenutrio.

Añádasele a eso el frío, vector de procesos catarrales irredentos, y un pequeño regusto a microcefalia, y ya tenemos el cóctel perfecto para entrar al nuevo año con buen pie (modo ironía on).

Nada, no obstante, que me vaya a impedir hacerlo reivindicando la alternatividad en diferido de las San Silvestres asilvestradas, haciendo uso de mi camiseta CenG del año pasado, y que ya por entonces me iba un poco entallada, ahora que lo pienso…

En fin, si no volvemos a hablar, feliz año nuevo a todos, y no dejéis de hacer, en lo que quede de festejos y vacaciones, que reluzca la estrella que todos llevamos dentro.



Esta publicación no es un juguete, no se la dé a niños menores de 100 años. No la arroje al fuego, ni aún vacía de contenido. En caso de intoxicación accidental acuda a la mayor brevedad posible al servicio de urgencias psiquiátricas más cercano.





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