Mar, 13 Out 2020, 14:09
Asunto: Re: Diario de Freaky (indecencia y fondo)
LUNES - Mal día. No tenía tiempo para grandes cosas, el tiempo que también importa traía orballo seguido. Opté por un rodillo. El anterior había sido tipo farlek, este tenía que ser de rodaje. Hice los tres segmentos habituales de 25 minutos, cortados cada cinco minutos. El primer segmento fue de calentamiento, de hecho el arranque me dio muy malas sensaciones, hasta que llevaba 10 minutos dándole no entré en ritmo. El primer segmento fue en antepenúltimo piñón, después alternando con penúltimo y último. Se supone que el último piñón a 100 rpm desarrolla 280 vatios. La verdad es que iba a 100-105 rpm durante todo el entreno. En el farlek tiro un poco más a 110. Bien. El primer tramo de 25 minutos fue así alternado 3-2-1-2-1, unos 13,5 km a 1:53, unos 32 km/h. Después, el segundo tramo fue de leña, 25 minutos seguidos a ritmo exigente, en piñón 1, a esas revoluciones, le estimo unos 14,5 km a 1:43. El último tramo fue una cosa intermedia aprovechando que las pencas estaban prestas y quentes, unos 13,75 km a 1:49. El global fueron sobre unos 41,5 km a 1:48. Un entreno muy aeróbico, anaeróbico por momentos en el segundo tramo. Esta vez a ritmo de Muse y Oomph.
MARTES - Hoy muy pillado de tiempo tiré con carrera. Al dejar a las niñas en el colegio tuve una triple revelación en forma de mascarilla. Un padre en el que no había reparado llevaba la mascarilla de Vox, verde y con bandera, ahora ya reparé en él, no me quedó otra. Otro padre que sí conozco, de hecho creí que conocía como una persona moderada, reservada e incluso monjil, llevaba una mascarilla con el lema "Fuck you virus...". Ahora ese padre es para mi una extraña mezcla entre el cantante de Rammstein, Mr. Trump y Gloria Fuertes. Después apareció una madre con una mascarilla sin lema pero que llevaba la boca de Venom con la lengua de fuera. Estaba claro que hoy SÍ había material.
Me propuse tirar por la ruta Casa Mar-Dique-San Amaro, que suelo hacer con un solo dique (11,7 km), si me encontraba bien le hacía dos diques (14 km). Así fue. Empecé al ritmo habitual, por sensaciones sabía que andaba por los 5 y pico, no llevo GPS, llevo mi Casio. Hoy sí iba con el disfraz de superheroe: camiseta roida, taparrabos negro, Mizuno agujeros, vaselina entrepenca y cuellito fosforito. Sigo diciendo que el ambiente corredores está bastante relajado, fui haciendo eslalon pero sin excesivas miradas cortacabezas. Al llegar a La Marina (la cementera, como yo la llamo) había un caballo. Supongo que fuera de contexto a nadie le parecerá algo extraordinario un jamelgo, pero si te centras y piensas en La Coru, en La Marina, por mis muertos creo que es la primera vez que veo un caballo allí. Un caballo blanco, no era el de Gandalf, de hecho era un caballo palleiro, con motitas negras. Un chorbo lo montaba. La gente lo miraba entre extrañada, acojonada y buscando la cámara. Reduje el ritmo, estudié la situación, ni rastro de cámaras por ningún sitio. "Ahora es cuando el caballo yihadista estalla", pensé. El día trae cosas raras. Joder, cuando empieza con las mascarillas y sigue con un caballo tengo claro que va a ser uno de los buenos. Tiro para el dique hago la ida y vuelta, engancho con el carril-runner en el Parque de Artillería y llego al cementerio de San Amaro en 35:52. Paro exactamente un minuto para hacer estiramiento del gemelo izquierdo que se me empieza a calentar. Vale, tengo que pensarme si hacer los 11,7 o los 14. Al llegar de vuelta al dique me decido y sigo hacia la punta otra vez. Los 14 km me dan un entreno decente. Llego a la punta y casualmente me encuentro solo en el final del dique, estoy en el kilómetro 10 del rodaje, me encuentro bastante bien de caja, algo tocado de pernas pero bien. De pronto empiezo a escuchar un zumbido. "Ostia, que es eso...". Miro hacia todos los lados, ni Dios, estoy solo. A ver si va a ser un efecto sonoro del puerto. Sigo corriendo. Sigue el zumbido. A ver si va a ser un efecto sonoro de una velutina tamaño coche. El zumbido es real, no estoy soñando. Busco complicidad, pero la persona más cercana está a unos 300 metros. Sigo corriendo. Puede que haya un helicóptero en el lado norte de la escollera, no tengo visibilidad, pero es un ruido como si fuera una especie de batidora. Leches. El cerebro empieza a ir rápido, disparo de adrenalina de alerta, "¿Estoy en peligro?", "Y yo que sé". Activo mis sentidos arácnidos al 200% y observo en el cielo un punto negro, focalizo mi miopía y se desvela el misterio. Un dron. La madre que lo parió, y yo aquí con mis sentidos activados, la posición de wu shu en la recámara... El dron se mantiene a mi espalda. Empiezo a mirar hacia atrás y hacia arriba, lo que me da un correr realmente elegante. El dron es rápido, mucho más que yo, eso no me sorprende. Debe estar a unos veinte metros de altura, volando en paralelo con el dique, sobre el mar. Es entonces cuando se activa el lado sith, una vez más. Mi aversión por la tecnología me hace buscar un pedrolo para tirarle, un tirachinas, un esgarro lo suficientemente potente. Molaría mucho ver caer al dron al mar y tirarme cuatro kilómetros riendo. Pienso todo lo posible para encontrar la solución más chabacana, un corte de manga. Me la suda que tenga cámara, tengo que estudiar bien la escena para que el corte quede bien A cámara. Dron y yo fijamos las miradas, abro brazos y le casco la peineta más potente posible mientras el dron se pierde por la bahía. El dolor en el antebrazo derecho el resto del entreno es el suyo, es el dolor del resto de la mañana, de ahora cuando escribo, y probablemente del resto de la tarde. Santos drones.
De vuelta, al llegar al llegar al caballo, me doy cuenta del rollo. El dron lo pilotaba el caballo, pues se paseaba, quiero decir volaba a su alrededor. No sé que coño hacía en la punta del dique mientras yo iba corriendo a solas. Supongo que había sido atraído por mi sexy olor Axe Dark Temptation.
La vuelta, con las coñas, fue más rápida, en 34:17. Con lo que me puedo apuntar el tanto de 14 km a 5:01.
Y aún no ha acabado el día.
www.youtube.com/watch?v=G2un8xvArsU