Mon, 20 Jul 2020, 13:30
Post subject: Re: El Diario Peregrino de Larpeiro (en la nueva anormalidad
24. EL CLUB DE LOS 10 KMS
Junio acabó con más de 100 kms superando por poco a Mayo. Y Julio apunta maneras de irse a los 130-140. Tuve un susto en el gemelo siniestro, que es hasta ahora el diestro por muy de izquierdas que se crea él (me recuerda mi gemelo a unas cuantas amistades,pero es harina de otro costal) ya que por fortuna el susto en susto se quedó.
Vuelvo a ser un integrante del club de los 10 kms, con entrenos que rebasan rutinaria y ligeramente esa cantidad bajo un sol y una humedad nada gallegas... y a los que cada vez me cuesta más aclimatarme.
Ahora con la dificultad añadida de ir esquivando gente y sus gérmenes, cosa que a veces deviene en imposible. He tenido que replantear mis rutas clásicas y redescubrir partes de mi ciudad con las que no contaba. Hay que ser positivos, ya sabemos que en medio del problema yace la oportunidad.
En las partes donde concurro con corredores y menos paseantes es donde le doy un poco de rienda suelta a la competitividad (con subterfugios ladinos para que no se note)y adelantar a traición si se tercia. Pero las pocas veces que he coincidido con gente con un ritmo interesante, bastante he hecho con mantener los 50-100 metros que los "dejo" ir.
Tiene este verano tintes crepusculares, cierto aire de cabalgar hacia la puesta de sol porque ya nada será igual. Porque cuando el futuro deje atrás estos tiempos taimados (y lo hará) las cosas volverán a ser lo mismo, pero muchos de nosotros quizás ya no lo seamos. Y eso me temo, que futuros veranos me dejen cierto regusto a ceniza cuando me dedique a hacer lo que antes me hacía feliz ya que algunos huecos que deja la vida no se tapan nunca.
Saludos a tod @ s...no, espera, una anécdota para rebajar el tono. Hace unos días, al salir a correr mis tripas empezaron a gemir, luego a bramar y posteriormente a rugir para pasar a un obstinado silencio cuyo significado era: "al siguiente sonido, te defecas encima, cretino". Baste decir que en en la ciudad no hay huecos para aliviarse como en lo rural y que el mero hecho de llegar a casa con los calzones limpios, o casi, fue una gesta que bien merece un cantar, un poema épico, una canción de Rosalía o un soneto del doctor Slump.
Venid sentaos junto al fuego enhiestos y escuchad la balada de Larpeirogorxon
corredor que casi pierde ciego recto y dignidad en un entreno con emoción...
Ahora sí, saludos a tod@s