Mar, 22 Ago 2006, 0:55
Asunto:
Viene del tema "Andar e correr" Baiona
Ya me dirigía yo para casa tras comer en Baiona cuando, tras una conversación con Isa, me veo â??enredadoâ? e inscrito en la carrera de Cuntis (no me resistí mucho, todo sea dicho).
Llegué a Cuntis, donde me encontré a
MarioeIsa e
Isa (algún día habrá que pedirle a Mario que cambie de â??nickâ? y ponga directamente su nombre, para evitar repeticiones y confusiones...
). También a
LUBO, a
Pamela (forera lectora, no escritora, pero aun así simpatiquísima
), a
Eskorpyon y a su hermano. A
Lestrove le encontraría tras la carrera. Había también por allí algún otro forero â??de incógnitoâ?, que lo sé yoâ?¦
Tras pasar por la farmacia ambulante de
Isa (gracias por el reflex y la pomada) para aliviar mi cansado cuerpo después de la carrera matutina de Baiona, calentamiento, y preguntas sobre el perfil de la carrera.
Había un gran ambiente: Muchos participantes y muchísimo público.
Nos colocamos en línea de salida. Empieza la carrera y trato de no lanzarme demasiado. El primer tramo es un circuito urbano, sensiblemente llano, de cerca de un kilómetro, en el que el grupo se va estirando. Pasamos por línea de meta y ya nos disponemos a alejarnos de la villa por una pista ascendente de poca pendiente, pero larga, de gravilla. A pesar del miedo a lanzarme y â??romperâ?, voy adelantando a algunos corredores. Y entonces empieza la cuesta dura: Larga, inclinada, sobre asfaltoâ?¦ Me vuelven las ganas de pararme (y esta vez no me lo reprocharía. La carrera de Baiona pesaba mucho en mis músculos), pero seguí subiendo como pude. Me puse a la altura de un chico grande, con pinta de jugador de rugby. Tras compartir unos metros con él y animarle, seguí a mi ritmo.
Tras la subida, llegan el avituallamiento y la bajada. También es larga, aunque suave. Ya me estaba acordando de lo mal que lo había pasado en la bajada de Baiona cuando me alcanza el â??jugador de rugbyâ?, que baja mucho mejor que yo. Nos ponemos a hablar, me acompaña un rato, y a eso de 800 m para el final le digo que se lance y no me espere. A continuación me alcanza, y me dejo alcanzar, otro corredor, a quién animo y con quién corro unos metros. En recta de meta me doy cuenta de que es local, porque la gente le grita que me adelante. Le digo que apriete un poco más, que no voy a esprintar, y le dejo marchar. Cuando ya me saca unos metros, y por eso de terminar dándolo todo, subo un poquito más el ritmo, sin pretender alcanzarle.
Llegamos a meta, el hombre me agradece el detalle, y yo me encuentro mal, con ganas de vomitar. Cojo agua, camiseta, y me alejo de la meta buscando un prado o unos matorrales. Al final todo quedó en susto.
Me encuentro luego con el â??jugador de rugbyâ?. Es árbitro, madrileño, y se llama Roberto. Le digo que entre en
www.correrengalicia.org, me despido de él, y me encuentro a
MarioeIsa y a
Isa.
Al cabo de un rato, cuando estiraba, me dicen que tenía que haber entregado el dorsal en meta. Todavía lo tenía sujeto a la camiseta. ¡¡Me iba a quedar fuera de la clasificación!!
Y ahora, la buena noticia. Lo que hace que las carreras populares sean hermosas. En el avituallamiento había personal de la organización tomando los dorsales de la gente a medida que pasaba. Yo sabía que iba delante del tal Roberto uno o dos puestos en ese momento, y encontrando mi dorsal en esa lista y buscando los nombres de los dos o tres dorsales siguientes, pude encontrar a Roberto. Le dije a la persona de la organización que se encargaba de confeccionar las listas que yo había entrado detrás de un corredor local. Da crédito a lo que le digo, pero no se muestra muy animado a incluirme en la lista. Total, que decido buscar al local, Antonio, le explico lo que pasa, me acompaña y, muy amablemente, se encarga de corroborar todo lo que yo ya había contado, lo cual le agradezco.
Gracias a haber hablado, conocido, a dos personas durante a una carrera, mi nombre está en la lista. No hubiese pasado nada de haberme quedado fuera (me importa más el tiempo que el puesto, el cual, por cierto, ya me habían dicho en mi primera intentona, en solitario, de convencer a los organizadores). Simplemente quiero señalar lo bonitos que son estos detalles de compañerismo entre personas que comparten metros en una carrera. Son simplemente emocionantes.
Enhorabuena a los organizadores por una preciosa carrera. Se ve que le ponen empeño y entusiasmo. El público, en zona de llegada, estupendo, animando de verdad (creo que no recuerdo un público más animado en ninguna otra carrera) durante los 200 metros finales de la prueba, en la larga recta de llegada. Además hubo un montón de premios, cerca de 90, patrocinados por prácticamente el total de los comercios y las empresas del lugar, lo cual, como único punto negativo, alargó la entrega de premios hasta pasadas las diez de la noche.
La organización incluso entregaba copias escritas de la clasificación definitiva, una de las cuales me quedé (podría entrar a completar la lista comenzada por
Supermorais, pero me imagino que dentro de nada se colgará en la web).
La carrera merece la pena. Me la apunto como fija para el año que viene.
Tras despedirme de todos los conocidos, reemprendí el viaje, interrumpido, a casa.
Dos carreras en un día=Doble sufrimiento=Doble placer.