Mar, 12 Abr 2011, 19:56
Asunto: Re: As crónicas da Vig-Bay 2011
Ahí va mi rollo.
muchocaminoporandar.bl...ecial.html
Algo especial
La VIG-BAY tiene algo especial. No es una media maratón cualquiera. ¿qué es lo que la hace diferente?
No sé explicarlo. No tiene un perfil difícil, es bastante llana, transcurre por un recorrido bonito que se hace ameno. Ver las islas Cíes a tu derecha mientras sudas la gota gorda es una maravilla, por poner un ejemplo.
Me lo habían dicho mis experimentados colegas corredores Tom, Poeta, Lubo, Ton... "no te fíes", " es una carrera muy falsa" "algo tiene que aunque no parezca dura se tarda más que en otras con cuestas" "engaña, engaña mucho"...y otras lindezas por el estilo.
Pues allá fui el domingo, por causas laborales no pude disfrutar de un fin de semana vigués, como era el plan inicial. Así que no hubo más remedio que madrugar el domingo y allá fui, con Fon en su Audi oyendo música macarra (jaja, perdón Fon, es lo que hay). Muertos de risa (y aliviados) porque despues de una semana con temperaturas africanas, resulta que por el autopista hasta lloviznaba, un punto en contra menos, no nos íbamos a asar.
Fue llegar y coger el dorsal, el 4116 era el mío, el de Fon se lo habìan robado, hay que fastidiarse, corrió con uno ajeno, pero a él todo le da igual. ¡Qué cantidad de gente había en Samil! En verdad, en verdad os digo, que solo por esos minutos de ambientazo que hay antes de cada carrera vale la pena practicar este deporte. Esos saludos, anécdotas, pincharse con el dorsal, colocarse el chip, el olor a reflex, las colas para entrar en el baño, encontrarte gente que solo ves en las carreras, alucinar con el despliegue de protección civil y de policía....todo eso es una maravilla. Yo en particular no puedo dejar de sonreír y mirar todo con cara de asmobro como si fuese un niño descubriendo cosas nuevas.
Menos mal que todo lo miro y no se me escapa detalle, porque sino a ver cómo demonios localizaríamos al resto de los ferroleiros que por allí estaban, en dos minutos localicé al pelotón doniñero y al fenicio (de Fene) Ton. Mientras me temblaban las piernas y me sudaban las manos, ante las risas del resto de los compañeros que no entienden por qué me pongo nervioso, nos colocamos como buenamente pudimos (osea, mal) esperando el pistoletazo de salida y ¡PUM!, como siempre pasa, el pistolero acertó de lleno a mis nervios, ¡a correr tocan!.
Como siempre al principio tocó esquivar codazos y adelantar gente más lenta. En el km 1 me encontré al maratoniano Chedo, todo sonrisas, y en el 3 me di cuenta de que iba demasiado rápido, aparte de que la tibia empezó a hacer de las suyas. "Ni de coña", me dije, "yo esta carrera la disfruto hasta el final" así que aminoré un poquito hasta olvidarme del dolor y allá fue él, a toda pastilla aunque luego le alcancé y le saqué un minuto escaso.
Sobre el km 5 o 6 me adelanta Fon, "¿qué haces tú tan atrás?" le pregunto, "eso digo yo" responde mientras pisa fuerte y desaparece por ahí delante. Me uní a un grupo de cachimanes que debían ser del mismo equipo, por la indumentaria, y les acompañé hasta subir las famosas cuestas que acaban en el km 8. Todo iba bien, ¡caramba! el atleta poeta aparece por detrás con otro doniñero y me da una pequeña charla, otra vez la misma pregunta, "¿qué haces tú tan atrás?" le digo, "vamos bien, hala, ahí te quedas o síguenos" me contesta, la verdad es que no les seguí por miedo, uno es así, ahí me quedé, disfrutando de los aplausos.
Y venga a correr. Obedezco a mi lesionado entrenador putativo 7ombligos (¡cómo le eché de menos, a él ya jorge "cojo/mudo"!) y bebo en todos los avituallamientos ¿cómo no?, me da un pequeño punto en el km 10, pero sigo, a ver qué va a ser esto. Veo delante de mi a una atleta impresionante con mono del triatlón Arcade y coleta rubia. "Pero bueno, si esta tía estaba ayer en un duatlón en Santiago, ¿cómo es capaz de hacer hoy al Vig Bay, y encima sin avisarme?", ni corto ni perezoso le doy un tirón de la coleta (flojo, que uno es un caballero) se da la vuelta y resulta que no era quien yo creía.... espero que el moreno y el sudor disimulasen el bermellón que tiñó mi cara, ¡qué vergüenza!, acelero mientras musito un "perdón, te confundí con otra" y rezo porque no se quede con mi cara (ni ella ni el maromo de metro noventa que le acompañaba)...
¡Hombre! otro doniñero me alcanza, Alberto ,a quien, a sus sesenta añitos bien llevados, siempre sigo y siempre acaba sacándome un minuto, me acompaña un rato, luego se me escapa. Ya estamos en Playa América, me duele otra vez la pierna pero en teoría ya queda poco, ¡Vamooossss Cabañés! a bajar de la hora 35.
El público abarrota los arcenes, una señora me llama guapo y me quedo encantado de la vida, otra me dice que estoy muy flaco y me parto de risa. Los voluntarios de los avituallamientos (niños incluso) son todo sonrisas, me dan agua y esponjas empapadas y se ríen, como quienes me acompañan en ese tramo, cuando les digo que la esponja rosa es muy cursi. Los aplausos ayudan, lo juro, los disfruto, será que tengo alma de famosuelo.
Alcanzo otra vez a Alberto, ya no queda nada para Bayona, voy un poco retrasado por la maldita periostitis, que me ha hecho disminuir el ritmo un par de veces. Me siento fresco y le dejo atrás. "Venga Miguel, dale caña" me dice. Ya me gustaría. Llego al punto crítico y mi cabeciña me la juega otra vez. Puente de la Ramallosa, veo el Parador de turismo de Bayona al final del paseo, quedan 3 km y medio y siento que no puedo más. En el km 18 me pasa Alberto y me dice que me enganche a él, "no puedo" pienso. Allá va.
Sonrío y digo que qué se le va a hacer. Troto 500 metros y noto una palmada en la espalda, es uno de los foreros de "correrengalicia" con el que siempre coincido y más o menos estamos al mismo nivel, nunca me acuerdo de su nombre, "ya me extrañaba no verte" dice entre risas, "venga, dale"...¡y le doy! el último kilómetro y pico es de los que te reconcilian con todo, cada vez más rápido, sin dolor, con la sonrisa inmensa, muchísima gente aplaudiendo y cruzamos los dos la meta casi al mismo tiempo. Yo me acuerdo de levantar los brazos como si hubiese ganado algo, estoy pletórico, me acuerdo (como no) de mis padres y les dedico la llegada
¡PRUEBA SUPERADA! mi primera Vig Bay, esperaba hacerla en 95 minutos y la hice en 96 y poco. Bueno, da igual, ya lo escribí antes parafraseando a Nadal, la meta es sentir que haces las cosas bien (o al menos lo has intentado) y yo lo he hecho.
Luego viene el fin de la fiesta, abrazos, bromas, uno lamentándose porque pinchó, Fon impasible aunque también pinchó un poquito. Manolo Leirachá encantado porque superó su marca...Y Alberto el doniñero, como no, me sacó un minuto, como siempre. Gran organización, gran papeo postcarrera. ¡tremendo despliegue de medios!, fruta, helados, bizcocho, aquarius y más bebidas deportivas, macedonia, yogures, fisioterapeutas....una maravilla. En resumen, domingo perfecto de atletismo y compañerismo.
De 4000 fotos que han colgado en correrengalicia salgo en dos y expulsando mocos,jaja.
El año que viene, si Dios quiere, repito, claro, y a mejorar la marca.
No sé cuál será el próximo reto, supongo que la Media Maratón de Coruña, el mes próximo, seguro que está bien, a lo mejor hasta me gusta más que esta de ayer, pero nadie me podrá negar lo que he aprendido por experiencia. La Vig Bay es algo especial, algún día espero poder explicar por qué.