Ven, 07 Out 2011, 18:49
Asunto: Re: ESPRINTES INDE NAI (Ourense Running Team)
MARATÓN DO MIÑO 2011
No me había preparado para disputar un maratón. Llevo meses preparándome para el reto DESTINO OURENSE y, participar en esta prueba, no era, sino una parte de esa preparación.
Tres de los cuatro componentes del reto, Carlos, Oscar y un servidor, componentes de ESPRINTES OURENSE CDC, (Club de Corredores…) repetíamos distancia en apenas quince días, tras participar en el Maratón de Montaña de Penedos do Lobo. El cuarto componente del reto, Rubén, del equipo AFIADORES de Ourense, había corrido el cross de Penedos, prueba, aunque más corta, muy exigente y que, por lo visto después en la carrera, pareció obrar mejor resultado que en nosotros, ya que, Rubén consiguió la mejor marca.
De todas maneras, mi respeto por el maratón es muy grande, sobre todo después del experiencia del año pasado, en esta misma carrera, que me hizo llegar a la meta en 4 horas y cuarenta y cinco minutos, y muy dañado física y anímicamente.
Desde luego, la climatología no es la normal en estas fechas por estas latitudes, marcando el termómetro los días previos, temperaturas de más de 30 grados, si bien, a primeras horas de la mañana y a últimas de la tarde, rebaja un poco el calor.
Es increíble el ambiente en la Plaza Mayor de Ourense antes de tomar la salida a las nueve de la mañana. Sin duda, además de los organizadores y patrocinadores, contribuye a ello, el atractivo de poder hacer un maratón por relevos en equipos de 3 corredores que hacen, más o menos, 14 kms. cada uno, o sea, la distancia de un circuito en los márgenes izquierdo y derecho del Río Miño a su paso por la Ciudad de Ourense, en un entorno, -y lo dice uno que lo ha recorrido muchos cientos de veces-, además de inmensamente bello, que siempre me parece distinto.
Más de mil personas, contando los andarines y los relevistas, toman la salida, aunque a partir de ahora, voy a centrarme en hablar del maratón.
Se callejea un poco, por la parte antigua, pasando, entre otras, por a Plaza do Trigo, Plaza do Ferro, Barrio dos Viños, Catedral, Santo Domingo, Parque de San Lázaro y a través, en este caso do Barrio das Lagoas, accedemos al circuito.
La temperatura es todavía agradable y, haber salido atrás de todo, hace que los primeros kilómetros transcurran plácidamente en compañía de Pipe, Jesús, Moncho, María… y un montón de habituales.
Me encontraba perfecto, sobrado, potente, ágil, animado. Si me hubiera encontrado sin ningún conocido, posiblemente hubiera arriesgado y hubiera acelerado el ritmo y… quién sabe… posiblemente hubiera fracasado.
Mi objetivo, aparte de lo expuesto en las primeras líneas, era llegar en menos de 4 horas, entero y, si era posible mejorar mi marca de 3 horas 58 minutos, en esta misma prueba, el día de mi estreno en la distancia, hacía dos años. Aspirar, como creo que todo el mundo, aspiro a más, pero, siendo realista, mi posible record, no está muy lejos de ese registro. Para conseguirlo, hay que correr cada vuelta en menos de 1 hora y 20 minutos y, habíamos hecho la primera en 1:18. Simplemente mantuve el ritmo, no llegué a acelerar en ningún momento, y eso fue suficiente para que mis compañeros se fueran quedando. Primero Pipe, amigo y compañero de club, que tras entrenar la distancia para debutar en el maratón, en su ciudad, delante de su gente, tuvo el coraje de tomar la salida afectado por una considerable lesión de última hora que, sin ninguna duda mermó sus facultades y por tanto, posibilidades y, luego, los demás, que aunque durante un par de kms, hice amago de esperarlos, la concentración que se necesita para torear esta distancia, hizo que poco a poco, me olvidara de ellos.
Antes de llegar a la Pasarela de Outariz, fui doblado por el ganador del maratón, Hassan Leikili, que encaraba el final, mientras a mi me quedaba más de vuelta y media, más de veinte kms…
Segunda vuelta en 1 hora y 17 minutos. Corriendo en solitario. El paso por la zona de relevos provoca un efecto balsámico por los gritos de la gente que allí se agolpa. La verdad es que, nuestro equipo, esta vez, si que tenía afición y animadoras. Es una pasada. Si Dios quiere, me gustaría correr algún día un maratón en el que casi todo el circuito esté a tope de gente animando y ver si esto es bueno y te hace mejorar la marca, o es malo y te revienta, por tratar de ir por encima de tus posibilidades.
A partir de aquí hay que obrar con cautela. Faltan 14 kms. El sol está en todo lo alto y nos lo vamos a encontrar de cara. Mantengo intactas las fuerzas, pero no me atrevo a incrementar el ritmo. Llego a Velle y me encuentro a Jesús Carlos de nuestro equipo. Pienso en acompañarlo pero algo extraño tira de mí. Quizás sea supervivencia, no lo sé, lo animo y sigo. Al cruzar la Presa de Velle, aprieto los dientes por primera vez en el repecho anterior a la nueva Pasarela de Oira, y me encuentro de cara, con el maratón en estado puro.
Suena a delirio de un globero y lo es, pero la expresión es libre… y atrevida.
Respeto de cara a todo el mundo, incluso a mis enemigos pero, ahora, simplemente saludo con un “vamos!” a todo aquél o aquella que rebaso, indolente, sin piedad, sin sentimiento, sin venganza…mantengo el ritmo. Llego al último avituallamiento y, sin parar, como en los anteriores, pillo un botellín de agua y pido un trozo de naranja que no hay. Sigo adelante y me desaparece el cabreo cuando la chica se acerca corriendo para dármelo.
Kilómetro 37. Pista roja. 3 kilómetros largos de cemento al sol. 32 grados centígrados. Momento decisivo. En el primer repecho noto, por fin, una alarmante falta de fuerzas. Sin embargo, ni amago ni señal de calambres. En el llano podía mantener la velocidad, aunque no en las pocas,(muchas) y cortas,(largas), elevaciones del terreno.
Corría con un cinturón con dos garrafas de agua de ¾ de litros cada una, más para acostumbrarme de cara al reto que para usarlas, ya que, los avituallamientos son más que suficientes, pero, en los cinco últimos kms, me bebí casi todo, y el resto, hasta la última gota, me lo eché por la cara, para combatir el abrasante calor.
Al llegar a la zona de las Termas de a Chavasqueira, alcancé a Carlos y a Cheo, de nuestro equipo, que iban juntos. No los esperé y, les metí metros antes de encarar la llegada sobre el Puente Viejo.
Hay que salirse del circuito del río a través de una rampa de cemento muy inclinada y, allí estaba Tito, retratando a cada uno en, posiblemente su momento más crítico. Uno ya no es muy fotogénico y si te pillan ahí…
Tito, además de corredor habitual, se toma la molestia de sacarnos fotos en muchas carreras, cosa que, desde luego, todos agradecemos, sobre todo por lo poco que nos cobra… y lo bien que nos saca.
En este momento, Carlos, que hace unos pocos segundos estaba a más de cien metros, conecta conmigo para mi sorpresa y, doblamos la esquina para encarar la recta de meta: El Puente Viejo de Ourense.
Vamos a disputar la llegada. Nunca me gustó mucho eso de entrar de la mano y, por tanto, no lo haríamos.
Creo que me dejó entrar por delante pero, en ese momento, sublime, de acabar un maratón, para el que esto escribe, os juro que me daba igual.
3 horas 57 minutos tiempo oficial, 3 horas 56 minutos tiempo real.
Muy entero físicamente y poca más felicidad se puede pedir, que encontrarse en la meta a los amigos, a mi mujer y a mi hijo.
Seis componentes del equipo ESPRINTES OURENSE tomamos la salida en la prueba de maratón y seis componentes llegamos a meta.
Quiero hacer mención en esta crónica a nuestro compañero Pablo,-Pájaro azul-, en los foros, que siempre, y van tres ediciones consecutivas, me espera en la llegada, teniendo en cuenta que este año, más que nunca, quería correr y no pudo por una inoportuna lesión y a nuestro compañero Felipe que, por si alguien lo dudaba, demostró su bravura tomando la salida con unas importantes molestias que, sin embargo, no pudieron con él, A Carlos, a Jesús Carlos, a Oscar que nos dio una soberana lección, a Cheo, que corría su maratón 12+1, (la docena del fraile), a Jesús, a Marco y a Hugo que corrieron en el equipo de relevos, a Mónica, a Bea, a Patricia, a Toño… y a un montón de gente que comparte con nosotros estos buenos y memorables momentos.
SALUDOS.
Esprintes inde nai - ORT (Ourense Running Team)
Grelos, sexo, e muiñeira.