Dom, 22 Mar 2015, 16:35
Asunto: Re: Diario de Gefreiter
Viernes 20: descanso.
Sábado 21: antes de desayunar media hora de trote terminando con cinco rectas.
Domingo 22: Vig Bay. Iba sin ninguna presión al no ser mi distancia y con bastante confianza. Caliento por Samil con un botellín en la mano y lo termino para ir bien hidratado porque todo pintaba que haría bastante falta.
A las 10:30 salida multitudinaria pero bien organizada como toda la carrera en general. Voy codo con codo con el colega al que voy a tomar de referencia y el primer km sale rápido, 3:23 creo, por el subidón de la salida y por el viento a favor, que se mantendrá así la mitad de la prueba pero luego ya nos entrará de lado o incluso en contra en algún tramo. Luego ya nos estabilizamos en un ritmo para 1:15/1:16.
Todo marchaba aparentemente bien, subimos las cuestas del km 3 al 6 y luego incluso en algún momento al picar hacia abajo casi sin querer me iba un poco pero no tenía ninguna intención de marcharme en solitario. Eso sí, empiezan a preocuparme dos cosas, la primera que el calor, con el que contaba para el último tramo de la carrera, ya me hacía sentir incómodo. Lo notaba en el modo en que respiraba y no valía de mucho beber y refrescarme con la alfombra en los avituallamientos. La segunda que a pesar de que llegaba completamente descansado las piernas no iban del todo frescas.
El km 10 lo paso en el puesto 48º y en 36:44, a ritmo de 3:41 que era lo previsto. Al llegar el km 12, justo en la señal kilométrica, torcemos a la derecha y da comienzo una subida no muy pronunciada pero muy larga y ahí se me escapa mi colega (que a la postre hará 1:18). La culpa la tienen mis cuádriceps que de repente han comenzado a cargárseme con media carrera por delante. Él no ha incrementado su ritmo, he sido yo que no puedo seguirle. En fin. Me quedo con otro conocido que iba con nosotros, aunque poco después se me va escapando también.
En todo caso el km 14 lo paso de 49º y a ritmo de 3:42, de manera que parece que todavía puedo salvar los muebles, pero no, ahí empieza lo peor. El calor me ha fundido y me empiezan a doler todos los músculos de la espalda (llegaré incluso con los hombros y los trapecios agarrotados) y los cuádriceps siguen empeorando, la zancada se acorta y ya voy mal antes de llegar al Monte Lourido, la última subida del recorrido. Después quedan unos cinco km en los que mi idea inicial era ir a tope y ganarme una buena marca, pero en el mundo real lo único que podía hacer era seguir corriendo a ritmos cada vez peores, he llegado a ver un 4:30 en mi garmin y a lo mejor no fue mi peor parcial, por ahora no me apetece ni descargarme los datos.
Me empiezan a pasar corredores a punta pala, entre ellos medio foro de CeG. Ni siquiera estoy en condiciones de apretar los dos últimos kilómetros ni el último ni la recta de meta ni nada de nada, ya sólo quiero terminar de una vez porque siento como si mi temperatura corporal fuese 70ºc. Llego a meta dando tumbos literalmente, de hecho muy buena cara no debía de llevar porque me sujetan dos miembros de la organización y me preguntan si quiero ir a la ambulancia. No estoy para tanto pero casi, aunque tras un rato reponiendo líquidos y abrigándome ya me siento bastante mejor.
Mi debut en la MM ha sido una catástrofe, puesto 113º y 1:21:52. En los últimos siete km me han adelantado más de sesenta corredores. La ganadora femenina me adelantó a falta de cuatro km y me sacó casi cuatro minutos de ventaja.
El calor siempre me ha afectado mucho, nunca me adapto bien a él, pero tampoco era para tanto, y hay quien ha obtenido un gran resultado pese a todo, como Tintín que ha hecho un marcón y al que creo que felicité en la llegada aunque en esos momentos estaba en una dimensión paralela y hasta me entra la duda.
Me queda una sensación de frustración que espero quitarme desquitándome en próximas carreras, aunque no creo que sea una MM hasta la siguiente temporada porque ahora no encajaría en mi planificación.
La semana por cierto termina con 65 km.