Lun, 02 Nov 2015, 18:38
Asunto: Re: Diario de Gefreiter
Viernes 30: cuarenta minutos de carrera continua, flexiones y abdominales.
Sábado 31: 18 minutos de trote antes de desayunar.
Octubre termina con 234 km, no son muchos pero sigo la línea ascendente desde el verano.
Domingo 1 de noviembre: carrera contra el cáncer en Vigo. Fui caminando hasta la zona donde se celebraba la carrera y ya me noté que no estaba al 100% de energía. La vejez es muy triste, pero es innegable que ahora no me llega con dos días para recuperarme por completo de una sesión exigente, como habían sido las series de mil del jueves.
El día agradable, quizás hasta sobraban un par de grados y buen ambiente por una causa que todos compartimos. El recorrido eran dos vueltas a un recorrido rompepiernas y en algunas zonas delimitado con cierta confusión. En la línea de meta se nos acerca un miembro de la organización a los que estábamos en primera fila y nos dice que la distancia es un poco más de 10 km y que por favor no atajemos en la plaza de la Miñoca, apelando supongo a nuestro fair-play.
Disparo de salida y a correr. A los pocos metros hay un desvío a la izquierda y comienza una bajada a tumba abierta. Al final de la misma comienza un cuestón y de ahí a meta prácticamente es todo subida o falsos llanos picando para arriba.
Prudentemente he dejado ir a los galgos y me coloco en la séptima posición. No hay premios por categorías, el podio es inalcanzable y mi objetivo en general en este tipo de carreras es quedar entre los diez primeros. Me alcanza un chico joven del Celta, compartimos un par de km y finalmente lo descuelgo poco antes de llegar a Plaza América, donde giramos y afrontamos una "pequeña" cuesta de dos km (salvo el tramo final que es más o menos llano), es decir, toda la Avenida Castelao, hasta cruzar la línea de meta.
Buena parte del recorrido la realizo pues en solitario, de séptimo, con el sexto a la vista pero fuera de mi alcance y un grupo de tres corredores que tengo a unos cincuenta metros. El objetivo es mantenerlos a raya pero las fuerzas me van fallando con tanta cuesta y me van recortando distancia hasta alcanzarme a unos dos km del final. Uno de ellos se va muy fuerte pero me engancho a los otros dos, de hecho ataco tímidamente para crear un hueco con el que afrontar la segunda subida a la Avenida Castelao pero cuesta arriba como suele suceder mis prestaciones empeoran y se me van. Intento hacer un cambio final para recuperar terreno pero ya no estoy para proezas y entro 10º de 398 llegados a meta.
El tiempo 37:35 para 10 km y pico. Una marca mediocre, pero es que el ganador Daniel Bargiela (Bikila) se fue casi a los 34 minutos y sólo cinco corredores en total bajaron de 35, lo cual da una idea de la dureza del recorrido.
Dos lecciones de la carrera: se me dan mal las cuestas, pero esta ya me la sabía. La segunda, que si compito el domingo el último día cañero tiene que ser el miércoles, hay que rendirse a la evidencia. El domingo que viene corro en Negreira y me aplicaré el cuento.
La semana se cierra con solamente 42 km.
Lunes 2 de noviembre: antes de desayunar 40 minutos de bici estática.