Dom, 04 Nov 2018, 0:06
Asunto: Re: El diario gatuno de Slump
Cuaderno de bitácora. Quinto año del gato. Día 120. (3 de noviembre)
Ya es ya. Aun con las seis horas de diferencia, es noche en Nueva York, y nos levantaremos a las tres de la madrugada de mañana para vestirnos, desayunar, ir al baño un montón de veces y dirigirnos hacia el ferry de Staten Island. Si hay que correr sin haber dormido, se corre. Con dolores en el aductor y el piramidal y una contractura en el cuello, y amagos de resfriado. Muy poca cosa para detenerme.
Estaré en la línea de salida. Sí. Sí.
Buscando compañeros de rodaje por la ciudad encontré a la gente de The Most Informal Running Club Ever. ¡
Ése es un nombre! Prometían (y cumplieron) entrenamientos amistosos con brunch al terminar.
Son estas historias neoyorquinas las que voy a extrañar tanto cuando nos vayamos. Porque en el sótano de una tienda de ropa cara en la Quinta Avenida hay un local enorme disponible para actividades de la comunidad -o algo así, no acabo de entenderlo bien, yo sólo vengo de Carregal-, con gimnasio, cocina, exposición de cuadros, que utilizan entre otros los miembros (e invitados) del TMIRCE. Y allí nos dieron la bienvenida y prepararon los carteles para el domingo y dejamos las bolsas y fuimos a trotar y a comer después, y les he pedido una camiseta. Todo gratuito, todo festivo, todo cálido, todo sencillo, todo natural. Incluido el paseo en pantalón corto y sudados por el medio de la boutique y los clientes finos.
Y la carrera es igual de informal. Si ya lo anunciaban. Bajamos de la Diecisiete a la Quince, cada cual a su ritmo, unánimemente lento, y giramos hasta el Hudson y seguimos la orilla. En los semáforos parábamos y los veteranos nos felicitaban uno a uno al estilo high five, el espíritu alegre siempre alto, well done.
Hablando en castellano, inglés y tarzanés nos comunicábamos. Awesome, unbelievable, muy bien.
Dimos la vuelta cuando quisimos (algunos lo habían hecho antes, otros continuaban) y regresamos al Hub Seventeen tras seis kilómetros. Palmas arriba, good job, servíos de lo que se ha traído, agua, galletas, bagels, donuts. Nos despedimos con una sonrisa de oreja a oreja.
Nos esperarán en la milla nueve y en la veintidós. Ahí está el muro. Cómo ayudarán entonces unas caras amigas y ver mi nombre escrito en las calles de Manhattan.
¡La piel de gallina!
El perro venía incluido en el brunch
¡Gracias a todos los que os pasáis por aquí! No voy solo, así es mucho más fácil.
Como el Ave Fénix resurjo de mis lesiones
Última edición por DoctorSlump o Mér, 07 Nov 2018, 0:13; editado 1 vez