gefreiter escribió: |
En Derecho las leyes absurdas debilitan a las que no lo son. Por ejemplo todos podemos entender que nos prohíban entrenar en grupo, aunque seguramente el efecto en los contagios sea mínimo al ser una actividad al aire libre. Sin embargo cualquiera con dos dedos de frente considera que la obligación de correr con mascarilla en todo momento y lugar es delirante. De hecho es peor, es contraproducente, porque introduce una doble discrecionalidad. Por un lado los ciudadanos nos habituamos a seleccionar las normas que tiene sentido cumplir y las que no. Si fuesen todas más o menos racionales el grado de cumplimiento sería mucho más elevado, salvo por parte de los irresponsables de siempre. Por otro lado, los funcionarios que deben vigilar y sancionar las infracciones también se ven en la tesitura de hacer la vista gorda o no ante conductas que a todas luces no ponen en peligro a nadie, como correr con la mascarilla en la barbilla por el arcén de una carretera. Por un lado no deberían dejar pasar conductas sancionables, pero por otra pueden terminar multando del mismo modo a alguien que no pone en riesgo absolutamente a nadie que a otro que por ejemplo se junte con cuatro amigos a beber en un chalet. Sería mucho más efectivo tener la mitad de normas pero lógicas que esta avalancha de reglas, muchas absurdas, que además cambian de semana en semana, de concello a concello o de una comunidad autónoma a otra, que uno ya no sabe si puede comer en una terraza o dentro o en ningún sitio, si hay que volver a casa a las ocho o a las diez o cuando quiera, si puedes sacar al perro a partir del toque de queda o no etc.etc. |
DoctorSlump escribió: |
Gefreiter, haces honor a tu avatar. |
matogrosso escribió: |
Por lo que no queda más remedio que una norma clara, o blanco o negro. O todos con mascarilla o todos sin ella. . |
slowmotion escribió: |
Hoy la he puesto como siempre desde que es obligatoria [...] Al margen de que esta norma (y alguna más) no tenga mucho sentido. |