Mar, 05 Xan 2021, 19:39
Asunto: Re: Anuario de Pollastre
Queda un poco raro agradecer los comentarios más de 2 meses después, casi de maleducados, pero aunque sea con retraso queda constancia escrita de ello, Ghose, CK13, Meiga, Papa, Freaky y cualquier otro anónimo que se pasa por aquí. Ya se sabe que esto es un anuario y tampoco hay que abusar.
"El año en el que poco se pudo empezar, nada se pudo acabar y todo se quedó a medias (versión reducida)"
- Yo ya me he apuntado a la media de Coruña.
- Caray qué bien. ¿es la primera?
- Síii, por fin. Voy a acabarla, sin más. ¿Y tú?, ¿no estabas bien ahora?, ¿por qué no te apuntas?
- Ya, podría ir perfectamente, pero no hay prisa, prefiero esperar un poco, en primavera u otoño...
(finales de enero de 2020, sic)
Lo escrito, escrito está y no lo voy a repetir. Las medias maratones que se llevó la pandemia, el entrenamiento confinado, el cachondeo de la desescalada, el verano alegre y confiado, la bella flor (que al final se marchitó, harto de abonarla y regarla), el segundo confinamiento que de momento no ha llegado (aunque mantenemos las instalaciones en buen estado por si acaso)...
... Y un buen día empezó a llover. Lluvia en todas sus modalidades. Y de los días soleados y secos nunca más se supo hasta la fecha. Y desde entonces, las zapatillas que bauticé como "lanzadoras" (un nombre muy optimista, por otra parte), que siempre destacaron por resbalar en mojado, están guardadas en su caja, huérfanas de asfalto y caminos, durmiendo el sueño de los justos a la espera de tiempos mejores.
Nada de ello debería sorprenderme a estas alturas en estas tierras del norte, uno ya viene llorado de casa, pero lo malo es que la lluvia despertó la larva, un clásico, esa larva que vive en mis piernas y migra cuando le parece, sin orden aparente, pero por suerte sin estar en dos sitios al mismo tiempo. Cuando molesta el gemelo no molesta la rodilla, y cuando molesta el psoas no molesta el gemelo, pero nunca en dos sitios al mismo tiempo. El glúteo, o el piramidal , se han unido a la fiesta. Desde tiempos remotos, esta zona había permanecido inmune a las lesiones, cumpliendo su función sin queja, las rodillas y los sóleos eran los reyes del mambo, pero el glúteo ha solicitado su cuota de protagonismo y finalmente se ha unido a la larga lista de achaques, todos ellos llevaderos pero que van sumando.
Mi larva ha decidido terminar el año en el isquiotibial, una contractura leve que no es preocupante pero que me ha obligado a tomar las cosas con tranquilidad. Si a esto le unimos el mal tiempo, los catarros, las PCR y los días de dedicación exclusiva a los cachorros, la segunda parte de diciembre terminó siendo casi inhábil en lo deportivo, ni carrera ni ejercicios gimnásticos, nada de nada, lo que ha supuesto una buena oportunidad para la recuperación muscular y el reseteo. Es mejor ver siempre el vaso medio lleno que medio vacío.
Ante tal cúmulo de dolencias, para este año he reformado el semáforo de las lesiones. Se va a quedar solo con 2 columnas, "rodillas" y "resto del cuerpo", con sus correspondientes colores. Las rodillas permanecen estables, empezaron el año en verde, pasaron al amarillo durante un par de meses después del confinamiento, y luego paulatinamente han vuelto al verde frondoso, al menos todo lo frondoso que puede esperarse de una persona de edad avanzada. No pidamos peras al olmo.
Ayer tocó el primer trote del nuevo año, unos pocos kilómetros a ritmo infame, que no merece la pena reproducir aquí, por una de las peores zonas de la ciudad, tierra llena de charcos y gatos, y hierba impracticable sólo apta para especialistas. Absténganse de visitarlo.
Este resumen me ha quedado bastante deprimente, tras un final de año poco edificante, pero nadie se llame a engaño. En general el año no ha estado mal, he cumplido el sano objetivo de correr con un mínimo de regularidad y a ritmos decentes cuando me lo he propuesto, aunque haya faltado la salsa de las carreras, sólo una menor adorna el currículum de 2020.
Empezamos uno nuevo con el siempre loable objetivo de seguir mocito y sin lesiones serias.
Una crónica sin ningún dato numérico. Vamos de mal en peor. ¿Qué será lo próximo?