Ven, 25 Mar 2022, 16:40
Asunto: Re: Diario de Freaky
Sí Meiga. El DeLorean lo usaría para ir al año 95, encontrarme conmigo mismo y entregarme algo sin lo que no podría vivir actualmente, algo que no existía en el 95: los botes del vaselina del Decatlón. Echo cálculos, y si me llevo una bolsa de esas de tela llena de botecitos, tendría para los años que estarían por venir. Sin duda es el producto estrella. Vale para piscina, para bicicleta y para correr. Y ya de paso me diría a mi mismo que entorno al cambio de milenio, ni se me ocurriese comprar esos modelos de Nike que no tenían cordones. Menuda mierda.
Sigo con mis mierdas.
MIÉRCOLES - La pausa de los miércoles es la que no hago los domingos. Lo digo en todos los sentidos. Mucha gente aprovecha los domingos para descansar, deportivamente, profesionalmente, y haciendo sofá. Es un tema que a mi me falla. Mis domingos son todo lo contrario, por eso los miércoles el fuelle no da. Toca descanso obligado e ingesta de queso, chocolate y embutidos.
JUEVES - Una vez levantados los niveles de carburante me meto una sesión triple.
Primera parada. Atención telefónica con mi médico de cabecera. Asunto: análisis bianuales de puril. "Tiene Ud. sobrepeso?". "Pues verá, no sé contestarle a esa pregunta, 85 kg con 180 cm". "Eso es un sí". "Realiza Ud. actividad física?". "Sí". "Fuma?". "No". "Consume drogas?". "Creo que no". "...". Un silencio incómodo que parece detectar que no me lo estoy tomando en serio. "Es un tema serio...". "No, no, por Dios, no tomo drogas". Mi problema es siempre el mismo. Claro que tomo drogas: endorfina, adrenalina... y unas cuantas que no me sé el nombre. Por eso el lapsus. Como siempre, mi naturalidad lo manda todo a tomar por saco, y la señora entra a cuchillo. "Tiene Ud. los niveles de colesterol altos". "Muy altos?". Yo pienso en el miércoles, en los embutidos pautados a la cena, en el queso del país, en las 6 onzas de chocolate diarios. "Están cerca del límite por lo alto. Si sigue Ud. con esta deriva va a tener problemas coronarios". "...". Empiezo a temer por mi vida. Creo que contaba con ello en cierto modo. Llevo desde el confinamiento controlando mucho la comida y he conseguido un control del peso que nunca había tenido, también es lógico dado el cambio en los entrenos, que son más regulares y variados. "No puede comer embutidos, queso y chocolate. Tiene Ud. que bajar la barriguita". Mola, esto de las citas telefónicas. La médico se imagina esos programas de "Mi vida con 300 kg". "Muy bien Doctora, muchas gracias. Sí, la verdad es que últimamente me ha crecido un poco, ja, ja, ja...". "Ah... importante... tampoco coma nata". "Sí, sí, muchas gracias". "Hasta luego". A continuación echo la vista atrás, buscando las ocasiones en las que me comí nata a cucharadas. Si releo el diario es un clásico lo de vaciar la nevera. Soy culpable. A los 50 tacos da igual que te mares a entrenar, que como no controles algo lo que comes te da por saco el cuerpo. Pero lo que me quedó en la recámara el resto del día fue lo de la nata. Y me imaginaba al estilo que marcan los tiempos comiendo nata, nadando en nata y proyectando con planos la habitación de la nata en mi piso.
El jueves que era el día del lío me dan esta noticia. Como es el día que tengo cortado para los entrenos, a ello fui. Por la mañana me hice una ruta Oblivion clásica. Tirando los 50 km, 815 m de desnivel, perfil clásico de carretera gallego, a 2:19.
Por la tarde. En la hora escasa que tengo mientras la niña está en el gym, me fui a Oza Beach a testar gemelo. La verda es que bastante bien. Se ve que las neveras en vena valen para esto. Suben el colesterol pero tiras que da gusto. Ya voy reconfigurando mi futuro. Opciones: 1) atropello por camión, 2) ahogamiento en pleno Atlántico, y 3) chungo clasico mientras entreno. Pillé el DeLorean (menos mal que Meiga lo escribió bien) y tiré en un pispas hasta el 2025. Al llegar fui a verme a mi mismo. Apunté en el "destination time" un jueves de mediados de marzo a las seis y media en Oza. La recta del puerto es larga, y además una vez que alcanzo los 140 km/h puedo frenar sin darme la hostia en la glorieta (sí, esa que todos los de la C42 odian). Aparco allí en batería. Me pongo la careta de Rajoy para que mi yo del futuro no me conozca. "Oye neno. Eres Freaky?". Un enorme silencio incómodo de mi yo del futuro, que está más gordo, más viejo y que mira al cielo en busca de drones. Parece que no quiere responderme, parece que tiene miedo. Y va el tío y en perfecto ruso me suelta: "Da, da, neno... no soy Freaky soy Frosky".
La carrera. 3,6 km, dos vueltas, a 5:03. Otras dos vueltas a 4:46. Bastante bien de sensación en gemelo, y en carrera en genral.
Al menos sigo vivo, sigo entrenando, sigo de una pieza en 2025. Aínda que rusófalante y con un nombre troskista.
VIERNES - Hoy tocó pecera. Estaban los del swimming club. Al llegar en medio de la clase, vi que la pecera estaba hiperocupada en todas las calles. A 4 señores mayores por calle. Mientras los del swimming club nadaban a dos por calle. Mi cabreo fue mayúsculo. Me dirijí a los instructores y les pregunté. Amablemente habilitaron una calle con otros dos para poder nadar a ritmo. Primer mil a 1:51, segundo a 1:53, tercero a 1:55. Un tiempo total de 1:56:28. Aún le tengo que bajar un minuto para pillar al 101.
Ahora que he dejado la nata en bote. El tipo se me va a poner fino y voy a petarlo. Como Kim. Gafas de sol incluidas.
www.youtube.com/watch?v=bHELdRyPS6c