Ven, 02 Dec 2022, 19:38
Asunto: Re: El Correo Papalegüense (edición online)
Hay vida después del Sanmartiño y como te decía, estimado cesareo, prosiguen los entrenos… ¿cesareo?... ¿cesareo?... ¿hay alguien?
Bien, parece que ha pasado ya algún tiempecito después de mi última intervención en este diario, pero no os asustéis, fieles lectores, porque sigo entrenando con regularidad y apuntándome a carreras. El domingo, en Ribadavia.
Hay que aprovechar la inercia del Sanmartiño y emular a Luis Enrique en su capacidad para sobrevivir en medio de la fanfarria que hoy te saca en hombros y mañana te entierra. Aunque no es mi caso, afortunadamente, viviendo en la placidez del telespectador que antes del partido se va a hacer unos kilometrillos a ritmo alegre y así tener la patata preparada para lo peor.
Pero no todo es tranquilidad y buenos alimentos. A las dificultades habituales se añadió ayer la persecución implacable de un perro con declarada intención de morder. Ese momento en el que el fiero animal buscó de hincarme sus caninos, verbigracia, disfruté de energía ilimitada en mis extremidades inferiores, y cero dolores añadidos, y os aseguro que fue una gozada. Pura banda ancha. Luego vino la factura, en la tarifa diurna, a pesar de ser ya noche cerrada.
Supongo que estos chutes de adrenalina en un cincuentón no son de lo más recomendable, pero son gajes del oficio. El mejor amigo del hombre debió tomarme por un atleta no binario. Cosas que pasan.
Este domingo, como ya dije, en la capital del Ribeiro, trataré de concretar mi mejoría en el barrio judío de la localidad, por donde transcurren las rampas finales, terroríficas, de la carrera. Una auténtica judiada para el que no sepa dosificar bien sus fuerzas y se entregue ciegamente al triunfo de la voluntad.
Esta publicación no es un juguete, no se la dé a niños menores de 100 años. No la arroje al fuego, ni aún vacía de contenido. En caso de intoxicación accidental acuda a la mayor brevedad posible al servicio de urgencias psiquiátricas más cercano.