Lun, 06 Mar 2023, 12:27
Asunto: Re: Diario de Beauvais
Hola correlegas después de mucho tiempo.
Os dejo la crónica del maratón de Tokio porque la ocasión lo merece
EL MARATÓN MÁS LARGO
El 1 de marzo de 2020 iba a correr el maratón de Tokio, completando la participación en los 6 grandes maratones del mundo y consiguiendo el medallón de 6 estrellas. Lamentablemente el evento se suspendió a doce días vista.
En 2021 solo participaron profesionales y en 2022 estuvo restringido a japoneses. Así que hubo que esperar 3 años para cumplir el sueño.
Un plan de 12 semanas fue suficiente ya que desde Coruña 42 bajara volumen pero mantuviera cierto fondo.
La preparación fue muy bien. Antes de empezar ya quedara con el míster en que este era un maratón para ir a disfrutar. Eso podía provocar que no me esforzara con la intensidad requerida en las series, pero no, todas salieron genial. Así que llegaba en buena forma.
La penúltima semana estaba muy inquieto. La mayor preocupación era agarrar el COVID y tener problemas para acceder al país nipón. Las medidas de control incluían un app sanitaria del maratón con control de temperatura diaria y un par de pruebas de antígenos los días previos a la carrera.
La última semana ya era en Japón. El trabajo estaba hecho. Se trató sobre todo de andar mucho haciendo turismo. Con todo rodé en Kyoto el miércoles 1 hora y el jueves 30'. Ese día llegamos a Tokyo y lo primero fue ir a la feria del corredor. En la feria, muy bien organizado todo lo relacionado con la recogida del dorsal (entregado junto con la medalla del maratón cancelado en 2020), muy mal el patrocinador Asics, ya que para comprar material deportivo recordatorio del evento tenían restricciones de aforo, lo que es comprensible por tema COVID. Pero eso provocó una larga cola y cuando llevábamos sobre 1 hora y calculo que quedaría otra hora para acceder, sale un chico con un cartel grande donde aparecían las prendas ofertadas y la gran mayoría ponía que estaban agotadas. Así que decidimos irnos. Muy mal la previsión de stocks, por lo menos en el primer día de feria.
Viernes y sábado hice uso de la sala de máquinas del hotel para soltar piernas en la elíptica. Fueron 10' cada día para romper a sudar.
Y llega el día!!! Como indica el dorsal acreditativo que tengo que llevar en la espalda que indica que al llegar a la meta me tienen que dar el medallón: TODAY IS THE DAY
Como suele pasar el día de maratón ya estoy despierto antes de que suene el despertador. Desayuno en la habitación del hotel ya que el restaurante no abre tan temprano. Afortunadamente la habitación tiene cafetera. Estoy bastante relajado, todo lo que se puede cuando algo que es especial se demora tres años.
Quedo con mi amigo Iván Rama a las 7:10 y vamos hasta la estación más cercana, GINZA STATION. El traslado hasta Shijuku es sencillo ya que no hay que hacer cambios de líneas. Perderse es imposible. Basta seguir la ola de corredores que van al destino.
Antes de llegar a la zona de salida pasamos dos áreas de control. Llegamos muy temprano. No es día de correr riesgos después de tantos miles de Km y de tanta espera. Toca estar un buen rato sentados. A falta de unos 20' nos ponemos a trotar pero comprobamos que los corredores ya están en gran número colocados para salir. Así que el calentamiento duró 80 m!!!!
No me preocupa salir atrás pero tampoco es cuestión de salir al final.
La temperatura ideal para correr, entre 10° y 13°. La única amenaza es la posibilidad de viento (luego sólo se notará en escasos tramos y será ligero). Aún así decido arrancar con la sudadera que voy a tirar.
Tras el pistoletazo de salida tardo 2' en traspasar la alfombrilla.
Con tantos miles de corredores los primeros dos Km hay que ir muy atento para evitar enganches (durante el primer tercio de carrera habrá unos cuantos japoneses que se cruzan sin el menor cuidado).Siempre hay inquietos que se cruzan de forma temeraria y te pueden arruinar la carrera.
Una de las cuestiones que nos preocupaba a los corredores foráneos era que no podíamos tirar la ropa de abrigo que llevas para no enfriar antes de correr. Afortunadamente la organización recapacitó después de numerosas quejas y puso contenedores para tal efecto aunque rogaba que fuese el menor número de prendas posible. En mi caso llevaba un pantalón de chándal que tiré a los contenedores antes de salir pero la sudadera decidí mantenerla hasta notar que me sobraba. Pero claro, en Japón no se tira nada (admirable la limpieza de sus calles). Así que en el Km 3 saco la sudadera, me acerco a una esquina, elijo aleatoriamente a una japonesa y le dejo entre sus manos la sudadera con un "aligató". No se puede decir que la tirara y estoy seguro que ella la puso a buen recaudo.
Estos primeros Km salen lentos con tanto tráfico de corredores. No me preocupa, he venido a disfrutar. Nada de ir sorteando y zigzagueando para ganar unos segundos.
A partir del Km 4 ya se puede mantener un ritmo sostenido pero decido mantener una cadencia cómoda. Llevo una semana andando mucho y, aunque voy suelto, prefiero ser conservador.
Van pasando los Km y mantengo el guión. Hay bastante gente en las aceras pero no percibo la pasión de New York o Londres.
Sorprendentemente tengo un amago de flato sobre el Km 15 que consigo controlar. Digo sorprendentemente porque sigo yendo cómodo.
El perfil es bastante llano con algunas ligeras cuestas.
Paso la media en 1 hora 35' y siguen pasando los Km sin mayor novedad. A partir del Km 29 voy pendiente de si veo a Ana. Calculaba que estaría en el 30 pero era el 32 cuando escucho sus ánimos. Iba por la zona central y señalizo con el brazo izquierdo para acercarme a la acera y mandarle un besazo. Sigo sintiéndome bien pero faltan 10 y cuando llego al 35 Km me flaquean las fuerzas y la crisis va a más. Desde el Km 38 será un andar y correr. Y así llego al último Km y ya nada me puede parar. Me emociono pensando en el camino recorrido desde 2010, pensando en mis compañeros de correrías, especialmente de mi querido CARMA y, sobre todo pensando en mi familia.
Tras unos segundos parado para recuperarme toca ir a recoger las recompensas. A unos 500 metros la medalla de 2023, algunas bebidas y una bata para protegernos del frío. Ya solo queda el momento culmen: que me cuelguen el Six Star Medal. Avanzo siguiendo a otros corredores un buen trecho hasta que me percato que detrás mía vienen corredores con el medallón. ¡Me había pasado la zona como 600 m! Me doy media vuelta y avanzo a contracorriente a mayor ritmo hasta que llega ese momento mágico en que me cuelgan el preciado tesoro. A mayor un pin de la organización de los Major. Y como un niño con zapatos nuevos se acaba este cuento porque... aveces persiguiendo sueños... se cumplen!!!!!
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