Dom, 30 Xul 2023, 18:42
Asunto: Re: El Diario Peregrino de Larpeiro (en la nueva anormalidad)
11. LA BARBERÍA DE LOS HORRORES
No tenía pensado volver a escribir pero me ha pasado como a un equipo de fútbol (de un pasado no tan lejano) que gana la Supercopa de Europa o de España en verano y ya pase lo que pase tiene la temporada salvada. Lo más raro del verano ya me ha sucedido. Estoy seguro.
Segundo día de vacaciones, en el que me levanto temprano para pasear y comprar cosas con la señora Larpeira. Mi señora queda de tiendas, que en las aldeas galaicas escasean y ella las echa de menos. Me encuentro embargado de un sentimiento de gratitud, paz y amor al prójimo producto de mis vacaciones recién inauguradas. Decido ir a una barbería a que me arreglen el nido de pájaros que tengo al sur de la barbilla.
Al entrar y consultar disponibilidad, me dan hueco para veinte minutos. No me cuadra del todo, que la única barba del local sea la mía y que estén pelando a dos chiquillos y a sus madres. Pero razono que hay que captar ingresos de donde se pueda.
Para esperar hay un sofá tres plazas, con una señora en un extremo. Yo me siento en el otro. Empieza la función.
Señora 1: ¿a qué hora tienes cita? (nótese que señora 1 habla arrastrando las ges, como Arévalo contando un chiste de gangosos. No, no exagero. Me quedo corto)
Yo: No tengo cita, me han dado hueco a las doce.
Señora 1: Muy bien. Yo no se que hacerme ("gace´me") mi hermana quiere -----(no entiendo)---mechas pero yo ("go")no sé...
Yo:claro, claro (sin dejar de mirar el móvil) cada uno se tiene que hacerse lo que quiera.
Señora 1: ooy aquí viene mi hermana ("guermmmana")
Señora 2: (cabello muy corto, mirada muy seria y fija, sobrepeso, dicción correcta; se sienta en medio,) ¿A qué hora tiene usted cita?
Yo: no tengo cita, he preguntado y me dan hueco a las doce.
Señora 2: ¿no será con Paco?
Yo: no lo sé, quién me atienda está bien.
Señora 2: ¡pero no será con Paco!
Yo: no creo no. Será quien esté libre.
Se gira y las hermanas hablan algo a lo que no atiendo, estoy leyendo la prensa y artículos de resaca de las elecciones. Entonces, como un búho, Señora2 gira la cabeza y me taladra con su mirada.
(mis respuestas son las que debería haber dado... no las que di, que ajustaban bastante a la soy y hago realmente)
Señora 2: ¿usted a qué se dedica?
Yo: soy profesor
Señora 2: ¿De qué?
Yo: de astronáutica
Señora 2: ¿En un instituto?
Yo: Si, en el de Harry Potter.
Señora2: ¿Con chicos y chicas?
Yo: Y ciborgs y androides. También enseñamos trucos a los perros.
Señora2 (que hierática continúa mirándome mientras yo a mi vez, no dejo de mirar el móvil): ¿Está usted casado?
Yo: Sí, tengo tres mujeres. Oiga señora...¿ a qué viene el interrogatorio? Menudo tercer grado
Señora1 tercia, educada: es que a partir de cierta edad nos ponemos ("pgonemmmos") muy marujas.
Tres segundos de silencio, que Señora 2 inasequible al desaliento, rompe.
Señora 2: ¿ Tiene hijos?
Yo: 10, nos falta uno para el equipo de fútbol.
Señora 2: ¿qué edad tiene usted?
En ese punto, me levanto le digo mi edad y pregunto a un chico, que espero que fuese Paco, si podía esperar diez minutos paseando. Por supuesto que sí. Me fui a tomar aire sopesando muy seriamente la posibilidad de no volver. Pero volví. Y dando por hecho que la señora2 iba a estar a mi lado.
Casi me equivoco.
Me atiende un tipo de los cuatro que hay cortando pelo. Señora 2 está sentada al lado pero mirando hacia mi asiento.
Me preguntan como quiero el cabello.
No, si yo vengo por la barba. Para que me la arregles.
Señora 2 no quita ojo, pero por ¿fortuna? la llama quien debe ser Paco para atenderla.
Peluquero, que no barbero está a punto de acaparar el protagonismo. Resumo la conversación, que no fue fluida.
Peluquero: a mí lo que gustan son las mujeres tóxicas.
Yo: um, mala elección. Eso es un dolor de cabeza
Peluquero; yo las domestico, eso se me da muy bien.
Yo: eso es una suerte...ejem...un don.
Peluquero empieza a aplicar la cuchilla contra mi cuello para quitar pelos sobrantes.
Peluquero: yo sé lo que quieren las mujeres. lo sé muy bien.
Yo pienso si sabrá que aunque baje el tono lo tienen que escuchar las clientas y compañeros/as. O si le dará igual. Pero me jode más la cuchilla en mi cuello, llamadme paranoico.
En fin y para no alargarme aún más. Me contó porqué sabe tanto de mujeres, media vida y conquistas. Toxicidad desbordante. Su última frase por muy malsonante que sea la transcribo para que os hagáis una idea del panorama.
Peluquero, baja la voz, aquí casi un susurro: las mujeres, cuando les gusta un hombre se les sale la leche sola.
Mi barba está casi sin tocar, aunque mis patillas y mi cuello están muy recortadas. Barbero, "my balls". Pero quiero irme, presto y raudo me levanto, pago y me doy el piro.
Ah sí...esa tarde fui a correr.
Un antiquísimo archirrival, más flipadete que otra cosa al que en más de diez años corriendo (bien es verdad que la mayoría en Galicia)nunca se dio el escenario ideal. Empezar los dos a la vez el paseo marítimo. Pues esa tarde se dio y debo decir que a pesar de ser un invierno de catarros, me encuentro bien de forma. Pues mi antigua némesis (al que tiempos a, apodábamos el fantasma), me pasa guerrero con miradita desafiante y "andares" (ay, el lenguaje corporal) de soy el más chulo del barrio, tiro por que me toca, suspenso en religión.
Decido dejarle ir. Estoy harto de ver gente mucho más rápida que yo y sé mi amigo el fantasma, no lo es. Esa tarde tengo en mente un 8x400 que implica su skipping y lento progresar hasta donde me tocan las series y pienso cumplirlo.
Una sensación de tranquilidad y paz me recorre cuando pienso en mi amiguete el fantasma y en lo bien que se sentirá cuando llegue a destino y no haya ni rastro de mi persona. A veces no cuesta hacer feliz a alguien, o al menos romper una rivalidad absurda con un pequeño gesto.
Namasté a tod@s