Ven, 16 Mai 2008, 20:19
Asunto: Re: Los 101 Km´s de Ronda ... a mí la Legión
101 de Ronda. ¡¡¡Olé por La Legión!!!
Hola a todos! Aunque un poco tarde aquí va mi crónica de esta gran experiencia que son los 101 de Ronda:
Por la mañana me levanto a las 9:30 y me dirijo con las dos mochilas a la salida de la carrera. El día está nublado y hace fresquillo, pero afortunadamente no llueve. Llamo a Luis Miguel (amigo de la Transalpine que compite en duatlón) pero me es imposible contactar con él.
Cuando llega Lola (una amiga mía a la que había prometido hace dos años que vendría a correr esta prueba con ella) vamos al puesto donde se dejan las mochilas que nos acercarán, en un camión militar, al cuartel, para lo cual previamente nos han sellado nuestro "pasaporte serrano". La cola no avanza y la espera se hace eterna. Aquí pasamos bastante frío.
Mientras esperamos dan la salida de los ciclistas y duatletas. Me asombra comprobar que durante más de veinte minutos no hacían mas que pasar ciclistas por la línea de salida. Creo que nunca había visto tantas bicis juntas.
Por fin dejamos la mochila y vamos rápidamente a la salida de marchadores. Aquí nos toca esperar otros diez minutillos, pero al menos, entre tanto gentío, no hace tanto frío.
La gente anima muchísimo desde la grada y también se respira un gran ambiente de fiesta y cachondeo entre los participantes.
El lanzamiento de un cohete de feria marca la salida (se ha sustituido el cañonazo de anteriores ediciones para evitar accidentes) y salimos todos en tropel por las calles más emblemáticas de Ronda.
Todo el mundo se ha echado a la calle para animar a los participantes. Yo corro con Lola, Carmen, Manolo y José Ángel (amigos de ella). Como Lola es bastante conocida en Ronda, la animan a diestro y siniestro, lo cual hace que hasta los corredores que van a nuestro alrededor griten también "¡¡¡vamos Lola, eres la mejor!!!".
Una vez hemos salido de Ronda el ambiente se calma un poco y nos concentramos en mantener el ritmo adecuado. Éste será un tanto "reservón", pero así debe ser en una prueba tan larga. En llano y bajando vamos a 5:30-5:40 y subimos andando rápido prácticamente todas las cuestas.
Estos primeros kms. Manolo va con nosotros pero después decide tirar solo por delante. El tiempo sigue igual, lo cual hace idóneo avanzar confortablemente.
Nos detenemos en el avituallamiento del km. 9 aproximadamente para beber Aquarius y comer un trozo de plátano. Lo cierto es que con avituallamientos cada 5 kms. se hace prácticamente innecesario llevar comida y bebida en la mochila.
El plan es hacer paradas en todos los avituallamientos, aunque siempre lo mas breves posible.
Continuamos avanzando a buen ritmo y, por el momento, sin que la lluvia haga acto de presencia. La velocidad es tan cómoda que permite disfrutar del paisaje circundante.
Pero no todo iba a ser tan favorable. Alrededor del km.18 empieza a llover con gran intensidad. A mí me obliga a detenerme y ponerme la cazadora porque la temperatura no es precisamente calurosa y no quería permanecer durante muchas horas completamente empapado.
Bajo la lluvia llegamos al primero de los pueblos, donde la familia de Lola nos anima fervorosamente.
Al cabo de un rato la lluvia cesa y seguimos avanzando a un ritmo bastante regular, tratando siempre de reservar fuerzas.
En el km. 30 Lola se empieza a quedar atrás. Su rodilla derecha se ha inflamado y le cuesta avanzar corriendo. José Ángel se queda con ella mientras Carmen y yo progresamos juntos por delante. Al cabo de un rato me encuentro con Paco (amigo Vasco de la Transalpine-run). Me alegro un montón de verle y charlo con él un rato. Después me despido ya que a estas alturas prefiero llevar un ritmo un punto más fuerte y Carmen ya va unos metros por delante de mi. Apuro un poco mi velocidad para alcanzarla de nuevo y vamos charlando juntos durante unos cuantos kilómetros en los que la temperatura es agradable y hasta ha salido el sol.
En el km. 38 Carmen afloja un poco y se resiente un poco de alergia. Me comenta que va bien pero que prefiere ir más despacio. Yo le digo que me siento muy cómodo y que prefiero mantener mi ritmo, así que le voy sacando distancia poco a poco.
Durante los siguientes kilómetros me duelen bastante los pies. Gran parte del camino es de tierra pero con piedras que sobresalen y surcos que hacen que aquéllos sufran mucho, sobre todo teniendo en cuenta la fascitis plantar de la que no acabo de recuperarme desde después del maratón de Barcelona.
Parando en todos los avituallamientos a comer plátanos y beber Aquarius, paso por el ecuador de la prueba en 5 horas y 20 minutos. Al poco tiempo llego al avitullamiento de Setenil. Aquí me encuentro con mucha gente que se lo toma con calma y aprovecha incluso para estirar los músculos. En ese momento yo me encuentro muy bien de ánimo, así que decido comerme medio sándwich, un plátano y beber tres vasos de Aquarius a toda prisa y reanudar la marcha.
Desde Setenil hasta el kilómetro 60 voy muy bien. Buena velocidad de crucero y con la moral muy alta. Sin embargo a partir del 60 me vengo un poco abajo. Mi ritmo se ralentiza y empiezo a pensar en llegar al cuartel del km. 77 como único objetivo. En estos 17 kms. paso por momentos mejores y momentos peores, pero en todo caso pienso en el cuartel como el punto en el que debo cargar las pilas.
Finalmente llego al cuartel de la Legión. Entro en él y me dirijo directamente a solicitar la mochila que me estaba esperando allí. En este momento cometo el gran error de la carrera. Me preocupo primeramente de cambiarme de ropa en lugar de la rehidratación y la alimentación. Ello provoca que mientras me estaba cambiando sufra una hipoglucemia que me obligó a tumbarme en el suelo y poner la piernas en alto. Me mantuve así durante unos 5-10 minutos en los que sinceramente, se me pasó por la cabeza la idea de retirarme. Imposible continuar en estas condiciones.
Finalemente decido erguirme e ir rápido al mostrador. Cogí una Coca-cola y me la bebí de penalti. A continuación me tomé un consomé, una ensalada de arroz y le dí un par de bocados a un perrito caliente. Después me tomé otra Coca-cola y salí del cuartel con la idea de continuar andando mientras no me encontrara mejor. Al salir me encontré a la familia de Lola, la cual no me debió ver con buena cara, ya que me preguntaron si iba a continuar y que de no ser así me ofrecieron llevarme en coche a Ronda. Les dije que iba a seguir, aunque más despacio. El caso es que unos 300 mts. más tarde empecé a sentir mucho frío y decidí darme la vuelta de nuevo para ponerme más ropa encima.
Cuando la familia de Lola me vio aparecer de nuevo pensaron que me iba a retirar definitivamente, pero nada más lejos de la realidad. Solicité de nuevo la mochila, me puse tres camisetas térmicas, la cazadora, una malla pirata y un pantalón de montaña por encima. Me tomé otro consomé y salí del refugio. Me despido de la famila de Lola de nuevo y hago los primeros metros andando. Después el terreno desciende un poco y aprovecho para empezar a trotar. En poco tiempo ya entro en calor y decido pararme a quitarme la cazadora. Cuando afronto la subida a la ermita ya me encuentro bastante bien y hago parte de esta subida corriendo. Una persona a la que adelanto me grita: “ ¡Quillo! ¿Qué te has tomado?”. Le respondo: “El consomé del cuartel, que ¡¡es la hostia!!”.
En un momento en que el terreno pica un poco más para arriba y que debo hacer andando aprovecho para llamar a mi madre. Charlo con ella unos minutos pero luego me recomienda que cuelgue para que pueda respirar mejor. Creo que mi llamada la tranquilizó mucho.
Llego a la ermita como una moto y acometo la bajada siguiente a toda mecha. Adelanto a mucha gente en este sector mientras disfruto de las mejores sensaciones de toda la carrera. Increíble que esto suceda cuando las piernas ya llevan acumulados 85 kms.
En la carretera por la que se rueda después de la bajada de la ermita miro el GPS y éste me indica que voy a 4:20 /km (lo flipo). A estas alturas ya he encendido el frontal en modo intermitente para hacerme visible a los coches. Aun no ha comenzado a llover, pero lo hará en breve y “el líquido elemento” ya no me abandonará hasta cruzar la línea de meta. Ahora mi objetivo es cubrir la distancia que queda en el menor tiempo posible a fin de recortar en parte lo perdido en el cuartel. (El año que viene no me paro en el cuartel ni de coña, es tal la comodidad que ofrece que te puede apoltronar definitivamente. En mi caso me costó perder una hora).
Mientras se rueda por carretera se puede ir a buen ritmo, no así cuando se entra en senderos completamente embarrados, de firme muy irregular y con la única visibilidad que proporciona el frontal. Me sorprende encontrar a gente corriendo sin frontal por terreno tan delicado y con visibilidad casi nula.
Recuerdo que en uno de los últimos avituallamientos había un ambiente de cachondeo tremendo. Tenían la música a todo trapo y en aquel momento sonaba “el chiki chiki”. Allí los legionarios me dieron efusivamente las gracias por participar y yo les contesté agradeciéndoles a ellos por organizar una carrera tan maravillosa.
Los últimos kilómetros discurren por un camino adoquinado ascendente que circunvala Ronda. Cuando la pendiente no es muy pronunciada aprovecho para correr. La mente me lleva con el piloto automático hacia la línea de meta.
Finalmente entro en Ronda y mientras cruzo sus calles en dirección a la alameda la gente te anima y aplaude. En esos momentos te hacen sentir como un auténtico héroe.
Cruzo la línea de meta en 12 horas y 19 minutos. Acto seguido me dan un ticket con mi tiempo y clasificación (28 de mi categoría y 122 de marchadores) y me hacen entrega del “ladrillo” que si me lo pongo en ese momento en el cuello creo que me caigo de bruces.
Tras lo anterior me dirijo directamente a la zona de masajes donde dos chicas muy atentas me “restauran” los isquiotibiales y los gemelos. El problema es que me he quedado frío y entro en una fuerte hipotermia. Me tapan rápidamente con una manta térmica y tres mantas de lana mientras llamo a Dani para que me traiga ropa seca (la ropa que yo tenía destinada a meta la había utilizado en carrera por el frío). Mientras espero se acerca bastante gente a verme, ya que mi cara debía estar bastante pálida y mis temblores eran muy evidentes. También tengo que decir que me tratan exquisitamente. Me ofrecen café caliente y hasta pasteles de chocolate. Nada más terminar el café aparecen Dani, Javi, Bernardo (amigos de Lola) y un poco después Luis Miguel y Paco (de la Transalpine). Charlo con ellos mientras me decido finalmente a salir de la pila de mantas que tenía encima y cambiarme de ropa y, tras despedirme de las amables masajistas, nos vamos a casa a dormir. Esto de dormir es un decir, ya que me pasé toda la noche con fiebre y un dolor de piernas muy fuerte. De todo modos me levanté por la mañana bastante temprano y, en cierto modo, recuperado. De hecho me pasé todo el domingo “danzando” de aquí para allá hasta bastante tarde por la noche.
Por la mañana me acerqué a por mi “diploma cientunero” y a recoger mi mochila de meta. Aun llegaban participantes caminando hacia la meta siendo fervorosamente animados por toda la gente. Mientras paseo por allí me encuentro con Luis Miguel y Paco y me quedo charlando con ellos un rato. Coincidió además que en aquel momento se cumplían las 24 horas desde la salida y se producía el cierre de la edición.
Después estuve paseando por la alameda con Lola y sus sobrinos y pudimos comprobar como los legionarios dejaban todo completamente limpio y también como su oficial superior les felicitaba por la labor desempeñada. Me pareció muy emotivo ese momento.
Bueno, para terminar simplemente quiero recomendar esta carrera a todo el mundo. Sé que 101 kms. son 101 kms. y una persona no familiarizada con las largas distancias no debería afrontarla. Pero si alguien está dispuesto a iniciar un plan específico de ultrafondo y se siente preparada el año que viene para hacerla, esta va a ser una carrera que va a recordar siempre como una de las más divertidas y donde en todo momento se va a sentir acogido con una gran hospitalidad.
Un saludo!!
P.D.: LinkinPark, no sabía que eras de allí. Anímate un año a participar!!!!. Por cierto, ¿sigues en Barcelona?.
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