Faro de Vigo escribió: |
Balaídos, escuela de vuelo sin motor pese a la falta de condiciones materiales 18.02.2014 | 01:20 Luis Moro fijó en Lyon, en 2011, la máxima altura a la que ha volado un gallego con ayuda de una pértiga. Salvó el listón a 5,43 metros. Al ourensano, que ha sido campeón de España, lo han lastrado las lesiones. Son varios los que quieren imitar sus saltos. En Vigo, David Gómez ejerce de entrenador de diez atletas. Además, su discípula más avanzada, la joven Beatriz Viteri, que en breve competirá en el Nacional, dirige una escuela para niños en Balaídos los jueves por la tarde, con el asesoramiento de Gómez. El salto con pértiga "le resulta atractivo a los más pequeños", asegura el rosaleiro. Los alumnos de Viteri, que se inician a partir de los diez años de edad, aspiran a convertir en realidad el sueño infantil más recurrente. "Es lo más parecido a volar que existe sin necesidad de saltar desde un acantilado. Otra cosa es que sus entrenadores los conduzcan hacia esto, lo que no siempre ha sucedido. Es algo que estamos intentando cambiar", explica Gómez. Esta disciplina, si se pretende profundizar en sus secretos, presenta dificultades que residen en su propia esencia. La pértiga es un material caro. De las seis que posee David Gómez, la de mayor calidad le ha costado 1.200 euros. Las de Bea Viteri, más pequeñas, pueden rondar los 800 euros. Cada traslado, si toca competir y viajar en avión, exige trámites y gastos con las compañías aéreas. Los pertiguistas viven en vilo, temerosos de que les extravíen el instrumento en algún trasbordo. Algunos atletas célticos ya han tenido que competir con pértigas prestadas. Pero en Galicia, por su climatología, hay que lidiar además con la falta de infraestructuras adecuadas. Vigo carece de cualquier cosa que se parezca remótamente a una instalación indoor. Viteri se mete con sus niños bajo techo a trabajar la carrera o la técnica de vuelo empleando anillas. David Gómez y sus pertiguistas se desplazan a Ourense, donde existe un módulo cubierto desde hace algunos años. Una alternativa a la que Gómez atribuye en gran medida la progresión que ha experimentado en sus marcas. Un invierno como el actual, de otra forma, lo habría tenido paradójicamente en el dique seco. |