Dom, 10 Abr 2016, 23:20
Asunto: Re: El diario gatuno de Slump
Cuaderno de bitácora. Segundo año del gato. Día 279. (10 de abril)
La Vig-Bay es más o menos así:
El sábado me acerco al Verbum y recojo dorsales para varios engargos, no llevo autorizaciones escritas salvo unos whatsapps pero aprovecho que tengo cara de pagafantas y se fían y regreso con ocho o nueve bolsas a repartir y alguna camiseta equivocada. Despliego la mía en cama, tiro la publicidad y me como la chocolatina y me hago la ilusión de estar en vísperas de una gran maratón internacional. El domingo vamos temprano a Baiona y aparcamos donde podemos y subimos al autobús y huele a Reflex. Todo es felicidad. En Vigo buscamos una cafetería abierta y desayuno por segunda vez y saludamos y hacemos ambiente, tanto que normalmente nos olvidamos de la foto de grupo pero la sustituimos por otras de pandilla. Comentamos qué bonita es Samil sin gente.
Arrancamos y gastamos bastante energía esquivando a los que no respetan los cajones, y empezamos a subir cuestas. Adelantamos a muchos y me pregunto si no estaré excediéndome y me respondo que no, y sigo sin moderación hasta O Vao y más allá, Canido arriba, siempre en progresión, y no digamos ya cuando el terreno es favorable. Paso libre que voy. En la bajada de Nigrán donde están mis padres meto quinta y doy voces, yuju, mírame mamá mírame qué bien corro, y entonces en lugar de girar a la izquierda como sería pertinente nos volvemos hacia Panxón y ascendiendo, pongo cuarta, tercera, y surgen las primeras protestas en el cuerpo. Diez minutos después estoy de nuevo delante de mi familia, como atrapado en la adolescencia. Está bien, ahora sí que nos dirigimos a Baiona, ya se ve Baiona, ahí está Baiona, qué rápido ha sido.
Media hora más tarde Baiona sigue en su sitio y yo por la recta de Praia América que no recordaba tan larga, a estas alturas me duelen cosas, la pierna derecha es la que suele romper el hielo y a continuación se anima el resto. Y otra jugarreta, la carretera va por un lado y nos meten por el contrario, por Monte Lourido, por adoquines retorcidos y malévolos, huelga general en el organismo, esos tramitos de descenso me destrozan las rodillas. Una banda de gaiteros intenta tapar mis gritos. La próxima me salto esta parte y que me descalifiquen pero que no me tomen el pelo así. La meta está al noroeste y nos mandan al sudeste. Eh, ahí regresa a la vista, aunque no parece estar más cerca que antes. Ramallosa es interminable. Cojeo. Miro el reloj porque juraría que tuvimos que dejar los veintiún kilómetros hace rato. Ahora, ahora sí, entramos en Baiona la Real, no falta nada. Corremos, corremos, no falta nada, corremos, corremos, no falta nada, corremos. Baiona la Irreal, Teruel no existirá pero ésta no es más palpable. Y los cadáveres en la cuneta no ayudan. Tras dos días enfilamos la recta última. Que sí, también es interminable. Si me repito otra vez que no falta nada me doy un puñetazo. Me arrastro. Y finalmente acabamos, barbudos y encanecidos, perdidos nuestros mejores años en esta carrera, los mozos ya licenciados, el planeta recalentado y Jordi Hurtado igual. Destrozados y ciscándonos en la Vig-Bay, y habiendo tardado quince minutos más que en cualquier otra media.
Luego viene el avituallamiento y la comida posterior y se nos olvida todo y por eso la queremos.
Y sin embargo esta edición no fue así, que salió estupendamente y en compañía de Iago, Gus y Juan y disfrutando como nunca, la mejor de las siete que llevo, tanto que me estoy planteando hacer siempre cuarenta y dos kilómetros (o treinta y ocho, ejem) antes de correrla, y nos respetó el tiempo milagrosamente y etcétera, pero como he gastado los bits de la crónica en los párrafos anteriores, sólo diré que quedé tercero de los Tortujas, segundo de los Currelas, primero de Carregal y quinto de Alemania. Que hubo reencuentros gozosos. Que mi sobrina ya está enganchada a esto y el domingo repite. Que los cuatro de París hemos vuelto en plena forma, a buenas horas maratones verdes. Y que si hay que elegir entre intentar marca personal o parar en Sabarís a dar un abrazo, se para. Por supuesto.
Como el Ave Fénix resurjo de mis lesiones
Última edición por DoctorSlump o Lun, 11 Abr 2016, 8:04; editado 1 vez